Al iniciar la lectura sinceramente confundí el término ilustración con el "siglo de la ilustración", sin embargo al avanzar en la entrevista realizada fui aclarando el concepto de "ilustrar" y descubriendo la belleza y lo mágico que va implicado en esta profesión. Primeramente como toda la vocación, la autora encuentra el gusto por ilustrar en la niñez y poco a poco le dedica más tiempo y espacio de su vida hasta que se volvió una prioridad, una razón, su profesión que la invito al autodidactismo en un primer momento y finalmente a revisar teoría, practicar y trabajar. Utiliza muchos adjetivos que califican su tarea y que te invitan a revisarlo, esto denota su amor por lo que hace, pues ayuda a otros (como a ella misma) a conectar con la belleza, a despertar la inspiración e invita a la magia, lo lúdico, lo mágico, lo fantasioso... es decir a buscar al niño que todo adulto lleva dentro. Su público preferido por tanto son los niños y me evoca a uno de mis libros favoritos "El Principito", ilustrado de manera sencilla, cautivante, atractiva; me atrapo desde la primera vez que lo leí.