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FROZEN
Francisco Morán
Por César Gabler
Versión 2.0
En los buses de hace unos años era posible encontrarse con una curiosa variación en la palanca de cambios. Se trataba de unos pomos transparentes que envolvían coleópteros, arañas de toda clase e incluso alacranes. No interesa aquí destacar el carácter kitsch del objeto, me importa resaltar su hibridez. De un lado la naturaleza, del otro la civilización. Lo civilizatorio toma aquí la forma de una prisión plástica. La trascendencia asegurada a través de una renuncia, renuncia de la naturaleza, adhesión al artificio. Como la mítica criogenización de Disney, pero en resina y lista para el consumidor.
Tal como esos objetos, en las pinturas de Francisco Morán, se conjugan al menos dos planos bien diferenciados. De un lado la pintura y del otro la superficie. Sin embargo lo que en el ejemplo del inicio era fácilmente diferenciable, el insecto y su envoltura, aquí resulta imposible deslindar. Su técnica no consiste en barnizar con densas capas de acrílico una obra ya resuelta.