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ARTE Y CULTURA
Desde Colombia, Isaías Peña Gutiérrez
Prólogo a un concierto de poesía
En la estupenda Sinfonía de amor a dos voces , como se llama el libro que han escrito a cuatro manos, en un contrapunto de dos a dos, los poetas Alfredo Ocampo Zamorano y Guiomar Cuesta Escobar, se siente que el mundo crece cuando ellos se aman. Para ello, mientras el sol nace y cae cada día, se cruzan poemas como cartas que se suceden en un tiempo de reflexión y de coraje.
No se trata de los deliquios amorosos del romanticismo, sino de la construcción de un mundo que se piensa y se siente a partir de las rutas y mapas que comparten los poetas. La sinfonía se compone (y los lectores así deben interpretarla, cada quien con oídos afinados y atentos a los matices y variaciones que despiertan sus versos) en cuatro tiempos: "Sinfonía en tiempo de blues y jaz", "Preludio y fuga por los atardeceres de Bogotá", "Sonata en cuatro movimientos. (Riosucio, Salamina, Roldadillo, Nueva Cork)" y "Coral sobre el mar de Lima".
Podría decirse que en todo ese transcurrir no se da paso a la pausa. Uno a uno, muy lejos de la coplería y muy cerca de una fuga contrapuntística (Bach), van ellos dando razones para entender mejor el corazón del amor -y el amor no reposa en el musculoso corazón-, la razón de su existir.