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VALPARAÍSO. ALEGRÍAS Y TRISTEZAS DE UNA JOYA DE LA HUMANIDAD
Por: Rúbila Araya
A poco de recibir la honrosa nominación, recordamos los tiempos de esplendor y las tragedias sufridas por esta nueva ciudad patrimonial.
Campanas, bocinas y sirenas de barco entonaron a diferentes ritmos sus respectivos sonidos que, junto a vítores de júbilo, se escucharon en todo el puerto luego de conocerse la esperada noticia que el alcalde, Hernán Pinto, revelaría desde París el pasado dos de julio. Días después, fuegos artificiales, música y un sinfín de actividades iniciaron la gran celebración.
Valparaíso había sido nombrado Patrimonio Cultural de la Humanidad. La Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, con la aprobación unánime de los 21 miembros del Comité Ejecutivo, daba un final victorioso a siete años de ardua gestión en busca de la ansiada nominación que pondría a la ciudad porteña al mismo nivel que las iglesias de Chiloé e Isla de Pascua.