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MÚSICA DE QUILOMBO... LA ÚLTIMA...
Desde Argentina, Daniel Noseda
A veces tengo la sensación de ser un lobo solitario frente a la vidriera del mundo. De ser el único que observa algunos de los infinitos detalles ocultos entre los demás que habitan bajo el baño de luces de neón, radón, kriptón o cuanto gas raro sirva para iluminación de nuestro mundo del revés, tristemente maravilloso, de la pobre Alicia.
Pero afortunadamente dicha sensación desaparece tarde o temprano.
Me fui de vacaciones, recuerden, pongan a funcionar la glándula, en medio de un quilombo y ya en Brasil me encuentro con quilombos de otro tipo. Quilombos, buenos quilombos organizados.