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Kermesse
Gabriela Alonso
Las vacaciones. Ese momento tan esperado como repetido. Un tiempo quizá demasiado corto para el desgaste que provoca el trabajo. Salir de una rutina para meterse en otra, como en una rueda infinita del espacio cíclico. Rutina y repetición, el eterno retorno. Un lugar en el tiempo en dónde todo parece cambiar, para que nada cambie…Tiempo de receso
¿ Tiempo de descanso ?
El ojo crítico del artista que con su cámara recurre al aporte de los carteles como guía y la espontaneidad de las situaciones que encuentra a su paso, enmarcan trozos de la realidad y su visión, un recorte de equilibrio justo, donde se pueden apreciar imágenes del consumo, de la compra y venta de todo, del mundo transformado en mercancía….
Mientras el espacio se hace privado, y las playas se achican, amontonando y arrinconando a las masas, reduciendo el lugar de lo popular y el despliegue de lo Kirsch,el cuerpo se hace público....
Entonces nos preguntamos si encajamos en los parámetros de lo bello, si estamos listos para el desfile, la pose, la vidriera, la oferta y la demanda, la compra y venta de nosotros mismos. Todo es un juego, todo es pura felicidad empaquetada y envuelta en papel brillante, todo es fantasía, todo es pasajero...
Todo es tan perverso en ese mundo de brillo y de colores. Y así, arrastrados por la vorágine y sin saberlo,
…vamos en dirección obligatoria hacia la Kermesse, que es feria , es circo, es show,…son vacaciones...
Sonia Esmoris
Como queriendo burlarse del crudo invierno de Buenos Aires, desafiando la rutina,
La Kermesse se INSTALA en esta Argentina de fantasía, porta luz en un invierno poco prometedor, en medio de desacuerdos y rebeliones, donde se habla de codicia, golpe militar, corte de rutas, soberbia presidencial, desabastecimiento, etc., etc., etc.,
Cuando muchos de nosotros estamos ya artos de la radio la TV. los diarios, las calles, el congreso y el campo. Nos tomamos un descanso y nos alegramos en la kermesse con mate y medias lunas.