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diversos-UNI-versos
arte y derechos humanos
La silla-nido, por Graciela Gutiérrez Marx (GGM)
Mientras nazcan poetas, pienso, siempre habrá esperanza de quitar la suciedad que algunos dejan en el paisaje de todos los días.
Osvaldo Bayer, Página/12, 27 de febrero de 2010
Los derechos humanos son el mayor poema que ha escrito la humanidad. Es una obra importantísima, un documento colectivo que sirve para todos, que se adelanta en el tiempo…
Juan Genovés, pintor
Desde México: César Horacio Espinosa V.
Una escena ¿Un escenario? Un paisaje de fragmentos, de micro- universos, que piden al visitante la costura de la interpretación. Temores, preguntas, dolores, detalles desbordados por la duda, amparados en la modesta acumulación de materiales efímeros, como la materia de los sueños, nómades.
Sonidos, música, acciones, documentos, palabras, instalaciones, texturas, transparencias, objetos que han perdido su cotidiana utilidad. ¿Para qué?
Hilos invisibles, por los que deslizarse e ir al encuentro de sentidos y significados compartidos.
Conciencia y compromiso = los artistas saben que no hay arte sin contexto, que no hay arte sin co-autor.
Entonces cada lector/ hombre, lector/ mujer, lector/ joven, lector niño o niña, está invitado a dejar huellas de su presencia, escritas en el cuadro blanco/pizarrón. Memoria activa de la vida viva. Palabras sentidas, bellas, expresiones de Graciela Gutiérrez Marx, pintora, performer, correoartista, siempre convencida de la dimensión social y política del arte en la lucha contra la injusticia. Contra la violencia de Estado, contra toda dictadura. Magíster en Estética y Teoría de las Artes, curadora.
¿Arte y derechos humanos? Antes de pasar a ver la exposición diversos-UNI-versos, auspiciada por la Subsecretaría de Derechos Humanos de la Municipalidad de La Plata, abierta el pasado 24 de marzo, a 34 años de la implantación del Terrorismo de Estado en Argentina, podríamos escuchar algunas ideas de diversos artistas en torno a este tema lamentablemente poco abordado.
El propio Juan Genovés, citado arriba, apunta: Creo que lo que hay es un desconocimiento de lo que realmente significan los derechos humanos. La gente habla de «derechos humanos» en general y se queda en esa frase ambigua e imprecisa. Pero no saben lo que implican, no los han leído. Quiero decir, artículo por artículo, con la profundidad que tiene cada frase. Para mí, son algo maravilloso.
O bien Fernando Botero, al referirse a la sevicia en la cárcel establecida por los soldados estadunidenses en Abu Ghraib, Irak, anota:Yo siempre creí y prediqué que el gran arte se hizo siempre sobre temas más bien amables, con muy pocas excepciones. Y es cierto. Por ejemplo, existen millares de obras hechas por los impresionistas, y aún no he visto una que represente un tema dramático. Sin embargo, situaciones tan hirientes como la violencia en Colombia y ahora la tortura en la prisión de Abu Ghraib lo hacen a uno pensar diferente.
Organizadora de la exposición diversos-UNI-versos, Graciela Gutiérrez Marx nos sigue hablando: Es una iniciativa inusual, que no tiene antecedentes en nuestra ciudad, porque abre una mirada ampliada que hermana al arte con los derechos humanos, en múltiples direcciones y sentidos.
El interés de los artistas y músicos participantes se ha puesto de manifiesto porque las políticas de estado van más allá de las tradicionales propuestas de arte y política. Convocan a la metáfora y a la poesía viva, para desplegar nuevas lecturas que invitan a poner en marcha la imaginación, el recuerdo y la reflexión crítica.
Martín Ricci escribió en el cuadro-pizarrón NO OLVIDAMOS, NO PERDONAMOS.
El 24 de marzo de 1976 la vida tembló en Argentina. El horror corría por las calles y el terror paralizaba conciencias. Un golpe gigante, militar y cívico también, destruyó de un solo manotazo los sueños acuñados por miles de casi adolescentes, jóvenes y militantes populares, que estaban trabajando y luchando por un mundo mejor. Un hombre nuevo, decían, y se abrazaban en las fábricas, en los barrios pobres y casuchas sin remedio, para acercar comidas, palabras, ideas y escrituras. Esas que en otros lugares de nuestra América, la pobre malamada, reclamaban las bocas hermanas: el derecho a tener voz, paz, pan y trabajo.
La asonada y los partes militares advirtieron lo que muchos ya veíamos venir. Era el final de la esperanza y sucedió todavía peor.
Sueños compartidos, dicen hoy las Madres de Plaza de Mayo, sueños que todavía deambulan sin nombre, como nubes doradas por encima de los caminantes de nuestra ciudad.
Dos madres de la Plaza de Mayo en la APDH de La Plata
La Plata fue uno de los más terribles lugares de exterminio, un lugar para el escarmiento de tantos estudiantes que todavía vienen desde las provincias nuestras o desde los países hermanos, a diseñar sus proyectos de vida en la Universidad.
Charcos de sangre en las veredas, sirenas nocturnas aullantes y desapariciones. Desaparecidos, esa palabra nueva y demoníaca que nació de las bocas aullantes de los militares que decían venir a ordenar. ¿Ordenar qué?
El resultado se conoce en todo el planeta con un número = 30.000 desaparecidos, cuyos restos se buscan todavía en campos aledaños, en fosas NN o, aún peor, entre pastizales sin seña ni señal.
Han pasado 34 años y muchos todavía pretenden olvidar.
Jóvenes se incorporan a la obra Cuerpos indóciles de Susana Lombardo
Sin embargo, cada vez somos más. Se nos unen ahora los más jóvenes, los que en aquel entonces eran recién nacidos, los hermanos generacionales de los niños expropiados junto a los que todavía no han llegado a cumplir 20 o un poco más. Ya no estamos solos, las políticas de estado nos resucitan, impulsando acciones judiciales ejemplares frente al mundo y también abriendo espacios para una memoria activa, que da lugar a la resignificación de todo lo vivido, que va saliendo a superficie, a través de propuestas que apuestan a que cada quien quiera ejercitar el poder de la conciencia, en un hacer sin negociar.
Dice Marta Vedio, Subsecretaria de Derechos Humanos de la Municipalidad de La Plata:
“Durante muchos años el estado excluyó del debate público a las consecuencias sociales, políticas y culturales del terrorismo de estado. Impuso una virtual privatización de la memoria, excluyéndola del sentido común mayoritario.
Hoy ese pasado ocupa múltiples escenarios y es resignificado a cada momento en todos los lenguajes del ser humano.
Esta ciudad, que albergó los sueños de miles de militantes populares, juzgó y condenó a Bergés, Etchecolatz y Von Wernich y realiza el juicio por torturas y homicidios en la Unidad Nueve.
Esta ciudad alumbró Madres y Abuelas; alberga a una Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (APDH) a Familiares, a Ex Detenidos, H.I.J.O.S. y otras organizaciones en permanente renovación y crecimiento.
Marchas, escraches, pañuelos, piquetes, siluetas, ollas populares, huelgas de hambre. Canciones, pinturas, instalaciones, performances, cine, teatro. La desaparición forzada de Jorge Julio López. El femicidio de Sandra Ayala Gamboa.
Una de las salas del Museo Municipal de Arte de La Plata
Ahora, los impecables recintos del Museo Municipal de Arte provocaron rituales introspectivos. Lo evidenciaron los visitantes, en su mayoría jóvenes, que día a día fueron poblando la instalación colectiva.
-¿Cuál fue tu participación en la realización de la muestra? Algunas consideraciones sobre los antecedentes y los trabajos preparativos de la misma.
Hace más de 30 años, viví en primera persona, junto a los que compartíamos aquellos ideales, todo el horror y el terror. Acompañé, como mejor pude, a madres y padres de los ángeles transparentes que habían sido mis alumnos o que fueron hijos de amigos y compañeros de lucha. Por esto merecí (¿?) ser designada como miembro del Consejo de Presidencia de la Asamblea por los Derechos Humanos de La Plata, pero nunca imaginé que sería convocada por la Doctora Marta Vedio, Subsecretaria de Derechos Humanos de la Municipalidad de La Plata, para “curar” una exposición que formó parte de los actos oficiales en el Mes de la Memoria por la Verdad y Justicia (1976-2010).
Un joven músico visita la exposición
-¿A quiénes se escogió como expositores, por qué, cómo se definieron los objetivos de la muestra?
La propuesta implicaba una reconceptualización de los derechos humanos, una mirada ampliada para la que elegí a artistas de la zona que no estuvieran involucrados en los múltiples circuitos de comercialización de las obras. Cada uno fue planteando propuestas y mi trabajo consistió en consensuar, conciliar y articular todo, incluyendo una obra mía, en el espacio cedido por el Museo Municipal de Arte, que nos ofreció sus dos salas.
Sin ningún sueño no conocen su hoy, de Graciela Ciampini
El ámbito de ambas salas se fue enriquecido con huellas intangibles, plenas de amor y esperanza, similares a lo soñado como utopía realizable por los desaparecidos. Quizás podemos sospechar que los ideales de los torturados y masacrados por el terrorismo de estado, se materializaron en brumas viajeras rondando las cunas vacías de Graciela Ciampini, acompañando a los visitantes para contarles al oído los ensueños enterrados aunque no sepultados.
Sueños suspendidos de Gabriela Alonso
El mismo deseo se mecía en los sueños suspendidos de Gabriela Alonso, en los pupitres gastados, con chicles adheridos, dialogando con los códigos de ADN escondidos en las entrañas de la obra de Pablo Úngaro. Documentos vivos de la noche de los lápices que nos implican, fusionando identidades que reflejan el pasado-presente.
La noche de los lápices, obra de Pablo Úngaro.
También la silla-nido y las reliquias de infancia de ggmarx pretendieron funcionar como testigos de los niños y niñas apropiados. La carta de la abuelita Mariani, buscando incansablemente durante 33 años a su nieta Clara Anahí y la historia de las madres-abuelas, sostuvo la posible fuerza de esta azarosa re-unión de elementos.
Reliquias de infancia, de Graciela Gutiérrez Marx
La carta de la abuelita Mariani en busca de su nieta Clara Anahí
Las abuelas, arquetipos vivos de un heroísmo nunca visto, aletearon y aletean, cual mariposas en vuelo, hasta desocultar lo oculto por los apropiadores, que nada conocen del amor y la piedad.
La historia de las madres-abuelas, fotografía ggmarx
Y el malestar en la cultura denunciado por Andrés Robledo en su obra borders, señaló el dolor más contemporáneo, el de aquéllos que a pesar de los vaticinios postmodernos de borradura de límites territoriales e ideológicos, pierden la vida en las fronteras, amuralladas por el egoísmo de las ya caídas sociedades de bienestar.
El malestar en la cultura denunciado por Andrés Robledo
La camisa de Jaime de Daniel Glüzmann puso una marca de dolor punzante y cercano, al exponerla como reliquia transfigurada del ciudadano ilustre suicidado. Jaime Glüzmann, su padre, ha sido uno de los gestores del movimiento de resistencia de los años setenta, encarnado en la Asamblea de Derechos Humanos de La Plata en los oscuros años del horror.
Ciudadano ilustre suicidado, Daniel Glüzmann
Al girar, entrando en otro portal de posible recorrido, aparecieron los cuerpos indóciles de Susana Lombardo, coronados por un acercamiento a las nubes de ánimas flotantes, que materializaban las presencias de ausencias todavía vivas. El contraste de su color vibrante, con los blancos sólidos de los nexos, señalados por Calixto Saucedo, fue más que evidente. Son para el autor los residuos poéticos de sus prácticas de arte de acción, realizados en calles, parques y barrios conurbanos. El blanco disparando una política de los objetos iluminó la contaminación del ahora y ya.
Política de los objetos, por Calixto Saucedo
Algún dato antiguo, el de la dupla gemarxvigo de 1979, remitía a la visión latinoamericana encarcelada, que en la nueva geografía de la región se ha liberado y enlaza territorios y pueblos en hermandad continental.
La amenaza del hambre de miles de hombres, mujeres, ancianos y niños del mundo, que día a día ven pauperizados sus recursos, denuncia el avance de un progreso que es destino de unos pocos. Leticia Passaglia trazó dibujos desde los vaivenes de tenedores y cucharas flotando en el espacio, sin destino preciso, en recorrido aéreo de desigualdad.
Desigualdad deLeticia Passaglia
Y por fin los bellos poemas visuales de Javier del Olmo, con sus siluetas revividas, enmarcaron las urnas de una democracia que todavía está amenazada por los servicios de exterminio, esos que aún no han podido ser desactivados. Una clara silueta vacía, aludió al dos veces desaparecido Jorge Julio López.
Javier del Olmo, Desaparecer hoy
Las urnas de del Olmo se contrastaron en el cierre con las de Edgardo-A Vigo, tejiendo tiempos enlazados de pasado y presente. Ya no funcionan como iguales a los cabezales cambiables y necesitan ser resignificadas como compromiso de una lucha activa, que nos convoca a todos a sembrar señales, porque la memoria colectiva ya está en acción.
Obra de Edgardo-A. Vigo,
Las fotografías fueron tomadas por Graciela Gutiérrez Marx, Pablo Úngaro y Javier Alba.
Fernando Botero en la Revista Diners, diez preguntas sobre Abu Ghraib, Abril 2005. revistadiners.com.co/noticia.php3?nt=24663
Juan Genovés, pintor y colaborador de AI
Revista Amnistía Internacional. Octubre 2007
César Horacio Espinosa Vera. Mexicano. Escritor, poeta visual. Creó y ha sido coorganizador de las Bienales Internacionales de Poesía Visual y Experimental (1985-2006). Autor de libros y ensayos sobre poesía, arte, política cultural y comunicación, uno de ellos -en coautoría con Araceli Zúñiga- La Perra Brava. Arte, crisis y políticas culturales, del cual una selección de textos aparece en Ediciones Especiales de esta revista virtual.
e-mail: poexperimental@gmail.com