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"1907, el año de la flor negra"
Corría el cuarto día de este año y ya nos sumergíamos en la fiebre del teatro santiaguino. Más de dos mil espectadores esperaban ansiosos ese jueves en nuestra histórica Plaza de la Libertad el lanzamiento del anunciado Festival de Teatro Santiago a Mil en su 14ª versión. Fue el Colectivo Artístico La Patogallina, uno de nuestros orgullos nacionales, quienes "tiraron la primera piedra" de la temporada con su obra "1907, el año de la flor negra". Este excelente montaje teatral estrenado el 2004, remueve de manera lúdica y creativa un doloroso y sangriento pasado histórico, producto de las luchas sociales emprendidas por el movimiento obrero chileno. Esta obra cuenta sin hablar, grita sin sonido y devela en silencio lo que en el año 1907 causó la matanza obrera en la Escuela Santa María de Iquique, donde murieron casi 3.000 personas.
No es la primera vez que el director de La Patogallina, Martín Erazo, nos muestra la visión no oficial de un hecho histórico nacional. Ya habíamos tenido el placer de presenciar un espectáculo de alto nivel social con su obra "El Húsar de la Muerte". Su labor en el montaje de "1907…" nos muestra la historia desde el surgimiento del movimiento obrero nortino, pasando por el inhóspito cruce del desierto hasta la huelga de siete días que se desarrolló en la mencionada escuela. Esta obra se enfoca en la organización de los trabajadores y sus familias, que son los verdaderos protagonistas anónimos, ya que sus nombres jamás estarán escritos en la historia y de hecho, si revisamos El Mercurio de 1907 los señala como una tropa de terroristas y delincuentes.
La música de esta puesta en escena no tiene nada que ver con la "Cantata de Santa María de Iquique" compuesta por Luis Advis en 1969 y estrenada por Quilapayún en 1970, es más bien una mezcla de instrumentos eléctricos, como base de banda rock, con otros más andinos, que aluden al norte grande, y efectos sonoros, como de una naturaleza desierta. La banda "Patogallina Saunmachín" en vivo es el texto de esta obra y nos sumerge en el mundo actual de ese tiempo haciéndonos testigos de lo que no se debe olvidar para no repetir.
La escenografía y puesta en escena no nos deja de sorprender con todas las posibilidades escénicas que logra este montaje. Presenciamos grandes estructuras: la del centro movible que al girar nos devela una imagen y otra y otra… como queriendo plasmar el ciclo que se repite para volver a hacer otra cosa; el juego de sombras; el uso de muñecos; la interpretación de los actores y el desplazamiento escénico envuelven al espectador y logran producir en él, un ser activo en el fenómeno teatral.
No es casualidad que después de cien años de este hecho seamos testigos de la denuncia lograda por estos obreros del teatro chileno frente al Palacio de La Moneda, ya que este montaje es sin duda una de las obras que dejan huella en el quehacer artístico de nuestro país.
"Masurga Fogo"
Era todo un misterio para quienes nacimos cerca de los 80` el fenómeno que Pina Bausch causaba como coreógrafa e intérprete. Podíamos hacernos una idea con la información mediática que recibimos del exterior o a través de los fragmentos de dos de sus coreografías ("Café Mí¼ller" 1978 y "Masurca Fogo" 1998) en la película "Hablé con ella" (2002) de Almodóvar o como intérprete en "Y la nave va" (1983) de Fellini. Sin embargo, presenciar un espectáculo como "Masurca Fogo" por casi tres horas, es como sumergirse en un tibio baño de chocolate. Todo lo que ahí se ve se transmite por canales poco concurridos y son una puerta para que el espectador la abra e indague en ella. Debe ser que la danza propuesta por Pina Bausch es más que eso, ya que el arte que emana de cada uno de sus cuadros es una dulce crítica a nosotros mismos y una mirada optimista a la dolorosa belleza.
Esta obra fue creada para la ExpoLisboa de 1998 y a pesar de estar inspirada en el espíritu y atmósfera de la capital lusitana, podemos abstraernos hacia cualquier parte del mundo. Sin embargo, varias de sus imágenes remiten al puerto de Lisboa, al Volcán Fogo, ubicado en las islas de Cabo Verde, y a las mazurcas originarias de Europa.
Pina Bausch y su Compañía Tanztheater Wuppertal nos confunden gratamente con los límites entre el teatro, la danza y la plástica que se desdibujan y se potencian aún más precisando esta fusión hasta convertirla en otra cosa distinta a sus propios orígenes. Así vemos que este teatro no es teatro y que esta danza no es danza, o por lo menos no es lo que nuestra concepción alcanza a significar como tal… Es esta obra amablemente rupturista y suavemente trasgresora no sólo porque no sigue una estructura narrativa ni una progresión lineal sino por que es una serie de episodios que nos hacen reflexionar acerca de los procesos y las transformaciones de la cultura en una época en la cual el multiculturalismo y la globalización son parte del transitar de las personas.
"Masurca…" se inicia de suspiros y nos encamina a través de interesantes e inusuales personajes a espacios coloridos y llenos de imágenes que al compás de tres por cuatro van confesando eróticos y sensuales danzones. Así mismo van apareciendo una esencia diferenciada en cada uno de los diecinueve intérpretes de diferentes países. Es como si Pina hubiese elegido lo mejor de cada uno y lo haya puesto al servicio de este espectáculo. Aún así, este montaje va por sobre la coreografía, es un renacer de sensaciones inteligentes que suspiran en un inconsciente que en algún momento debe despertar.
Luego de su primera y única vez en Chile el año 1980, es ésta la segunda visita de la coreógrafa alemana quién realizó junto a su Compañía tres funciones en el Teatro Municipal de Santiago dentro del marco del Festival Santiago a Mil. Cabe destacar que esta mundialmente reconocida artista recibió la condecoración Orden al Mérito Artístico y Cultural Pablo Neruda por su aporte a la danza contemporánea en Chile y el mundo y fue la propia Presidenta Michelle Bachelet quién entregó este premio. Bausch lo agradeció refiriéndose a que hay algo muy especial que la conecta con Chile ya que hace 26 años, en su primera visita, conoció a quién es su marido, "así es que Chile está conmigo todos los días".
Es una suerte que estemos vivos para presenciar este hito artístico y es una suerte aún mayor que seamos contemporáneos a Pina Bausch.
"Asfixia"
No es casualidad que esta obra sea ganadora de la XII Muestra de Dramaturgia Nacional con el debido reconocimiento a la mejor obra del pasado 2006. Su puesta en escena nos presenta en primer lugar un espacio pulcro, inicialmente un Internado Psiquiátrico, donde se reviven los recuerdos de un hombre al borde del abismo. Luego, el espacio escénico pasa a ser un lugar permeable a la memoria de este hombre que trata de acordarse de un sangriento crimen. Es como si la mente de este personaje en conflicto fuera el propio escenario y los demás personajes no fuesen más que la presencia de él mismo.
La connotada directora Alejandra Gutiérrez siempre ha sabido descifrar la esencia de una obra, desde su autor hasta su propia intuición con el montaje, y en este caso ha tenido el coraje de develar de manera simplista y con gran dominio de la simbología, los hechos y acciones más relevantes de la dramaturgia de Jorge Schultz y se le agradece también la limpieza escénica.
Los actores de esta obra son: José Tomás Guzmán, Francisco González, Antonia Anastassiou, Carolina Cox, Sebastián Plaza y Sebastián Bustos, todos alumnos de la Escuela de Teatro de la Universidad Finis Terrae donde tienen el privilegio de tener a su directora como maestra.
Con este joven elenco, "Asfixias" tuvo ocho exitosas funciones en la nueva sala del Sidarte dentro del marco del Festival de Teatro Santiago a Mil. Habrá de esperar que estos jóvenes actores se llenen aún más de experiencias para que salgan a los escenarios de Chile y del mundo más especialistas y con mayores contemplaciones aún.
"In Tempo Rubato"
Cada cierto tiempo se anuncia por algún medio que la Compañía francesa de Teatro Aleph se presenta en Chile. Sin duda esto provoca altas expectativas ya que este grupo nos llena de optimismo y nos deja con una alegre y grata sensación al ver alguno de sus espectáculos. Por lo menos así fue el mes de enero en Santiago y La Serena, donde se presentó en distintos escenarios su montaje "In Tempo Rubato".
Esta obra surgió casi por casualidad y a modo de performance a finales del 2004 a partir de algunas recopilaciones de canciones que los mismos intérpretes sugirieron. Luego, al percatarse del éxito obtenido en esa presentación, los artistas se encerraron herméticamente a profundizar en los diálogos, los personajes, la música y los bailes. Fue entonces, después de seis meses que estrenaron "In Tempo Rubato".
Muchos deben pensar que la dirección de este montaje estuvo a cargo del chileno í“scar Castro ya que él ha sido el fundador y director por más de treinta años de la Compañía. Pues no, esta vez ha sido una creación colectiva fruto del lenguaje unificado que ha logrado este grupo de actores y músicos tanto en la Escuela como en la Compañía de Teatro Aleph, donde el colectivo no sólo ha funcionado como compañeros de trabajo, sino también como familia.
Es este un espectáculo lleno de energía que alcanza lugares que van más allá de nuestro cotidiano. Con un libre sentido dramatúrgico nos envuelve en escenas relacionadas desde la música con un director de orquesta digno en su locura. Una calle llena de música y de bailes donde los personajes se comunican e interactúan provocando el juego y donde la invitación es a imaginar cómo sería que la palabra fuese un canto y que al caminar los pasos dibujaran una danza en fuga hacia el silencio. Y todo esto lo logran en una exquisita convicción llena de magia y de verdad, de risa y de reflexión.
¿Cómo puede un grupo de europeos contentar así a latinos como nosotros? ¿Será que son más felices? Quizá el secreto está en que esta Compañía no sólo es francesa sino también chilena, sólo nos queda la duda de que si son igual de felices allá en Francia… ¿Será por esto que Castro bautiza su teatro como Aleph (de Borges)? Como un punto del espacio que contiene todos los puntos y con un cielo cósmico infinito en él.
"Mi joven Corazón Idiota"
El 5º Festival de Dramaturgia Europea Contemporánea fue la semilla (y a modo de lectura dramatizada) para culminar en la obra "Mi Joven Corazón Idiota" de la dramaturga alemana Anja Hilling y bajo la dirección de Francisca Bernardi. Ella en conjunto a su Compañía de Teatro Niños Prodigio nuevamente nos convoca a ser testigos de una obra de alto nivel artístico, no sólo por el sólido y entretenido humor que evidencia esta connotada dramaturga y directora, ni por las excelentes actuaciones que logran los siete intérpretes, sino también por la excepcional puesta en escena llena de imágenes que nos involucran en un mundo compuesto de dibujos y colores en vivo que van generando una irrealidad muy parecida a lo que puede ser nuestro cotidiano. A pesar de que la historia ocurre en Berlin, podemos remitirnos hacia cualquier ciudad del mundo ya que los conflictos, anhelos, sueños y locuras de estos personajes están muy cercanos a los nuestros. Lo de "idiota" se deja al criterio de cada uno…
La narradora que a momentos es un personaje, hace posible la comprensión ya que la historia no lineal se va develando de a poco y se construye en la medida que los personajes se interceptan en su cotidiano vivir pero es rupturista desde el punto de vista de lo trascendental.
Es un día rutinario para los vecinos de un edificio pero una encomienda de Australia provoca la relación entre estos solitarios personajes. El cartero le deja un paquete del vecino de "abajo" a una mujer que ha decidido matarse, el conserje aún ensoñado por su amorío con Kurt, un negro (que así como Roberto el Conejo de Zemeckis, figura como dibujo), pasa a arreglar la llave de las cañerías a la suicida que espera al "galán" de los jugos para que sea el primero que la vea muerta, éste a su vez se ha encontrado con otra vecina que le ha confesado ser víctima de violación. Conversaciones en los pasillos miradas desde el arista de distintos personajes, monólogos y visitas cortas nos dan la sensación que ninguno de estos personajes ha elegido con quién interactuar, es como si el azar fuese parte del tormento de su misterioso destino. Así mismo es que ninguno se puede sensibilizar con la muerte del cartero en el subterráneo del edificio.
Bernardi logra una vez más una excelente pieza teatral y su sello vanguardista hace que Niños Prodigios sea imprescindible para nuestro país.
Primer Festival de Teatro en el Barrio
Y encontrando una fresca y nueva alternativa para divertirse en nuestra calurosa capital, ha surgido un nuevo festival de teatro organizado por la Compañía de Teatro La Capilla en conjunto con el Instituto Profesional La Araucana. En esta veraniega ocasión, se presentaron en la Sala de Variedades IPLA tres obras durante los diez días del Festival ofreciendo una buena alternativa para los vecinos y amigos del barrio universitario.
Las obras representadas fueron:
"Sin Hombres no Importa" de la Compañía de Teatro La Capilla, escrita por Amparo Caicedo y Javiera Torres, bajo la dirección de Marcelo Figueroa, principal gestor de este Festival. Es esta una comedia en la cual cuatro mujeres, ex compañeras del colegio se encuentran en un bar a compartir sus experiencias con los hombres para sanar a una de ellas como parte de una inusual terapia. En este montaje actúa Marisol Badilla, Natalie Barraza, Dania Morales y Javiera Torres
(¡Qué casualidad!).
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"El Cepillo de Dientes" de Jorge Díaz es una co-producción con la Compañía de Teatro La Candela (www.teatrolacandela.blogspot.com) y trata sobre un matrimonio que goza un sentimiento de plenitud que no proviene de la realidad, llegando a vivir absurdas situaciones con el difícil propósito de tan sólo comunicarse. Los protagonistas y únicos actores de esta obra son: Javier Bolívar y Javiera Torres (¡…!).
"¿Porqué el conejo tiene las orejas largas? de la Compañía de Teatro Periplos dirigida por Domingo Araya, cuenta la historia de un conejo que recorre nuestro continente en un deseo por ayudar a Dios en una misión. Aquí se encuentra con pumas y cóndores de los que se liberará gracias a su astucia.
Dicen la buenas lenguas que se avecina otro frente teatral en "el barrio" en épocas de otoño, así es que atentos a no perdérselo los que aún no han disfrutado de estas obras por tan sólo $2.000.
"La Muñeca Gigante y el Rinoceronte Escondido"
No había pasado nada tan inesperado como que un Rinoceronte Metálico se tomara las calles de Santiago y causara destrozos. En toda la historia de América juro que nunca había sucedido algo semejante. El fenómeno del que más de cinco mil chilenos fuimos testigos no habría llegado a buen término si una Muñeca, sacada de todas las fantasías infantiles, no hubiese llegado a tiempo a rescatarnos del caos. Fue la propia Presidenta Bachelet quién le pidió a esta Muñeca de siete metros de altura y de 30 toneladas, que salvara a su pueblo del Rinoceronte y de la falta de realismo mágico.
Es impresionante lo anhelados que estamos los chilenos de emanciparnos con espectáculos como éste, en el que rescatamos la capacidad de asombro y pasamos a ser liliputences pendientes de que si la muñeca hacía pipí, dormía la siesta, bailaba o tomaba helado. Todo lo que en un minuto fue importante en el acontecer nacional, pasó a otro plano siendo éste un grandioso y aliviado respiro…