El no notó
pero se le resbalaron de su cuerpo
todos los mundos posibles
en el espacio imposible;
su imaginación inconsciente
se expandió llena de luz
bañando todo lo probable.
El sin ser El,
no se alcanzó a enterar
de sus supremos bienes;
de sus matas de seres salvajes
que ocuparían su lugar, divinos;
su crestomatía undivaga
sorbiendo en las vertientes de
la igualdad universal.
Sin embargo, hubo quienes le creyeron
su logorría, y pintaban sus cuerpos espaciales
de música eteranea.
Era la lira rasgueada por el Cosmógono
a la hora del amanecer astral:
¡Tú, aeda mágico, no dejes de musicar
el cosmos!,
piden todos los florecientes seres metagalácticos.
Miradlos, ellos están nadando allí en el
pentagratna
del cielo último y primero.
Tibia mansedumbre de los unísonos,
sueños pintados de sanía elemental.
Pequeños imaginadores de las imaginarias
bellezas espaciales en cada tono amoroso...
El se paseaba
con la Aurora Absoluta de su testa
por el jardín del Cosmos;
iba regando de luz las flores del Alma universal;
aquí, allí estallaban silenciosamente
los astros y
la estela de su Consciencia transconcienzada
era la Ciencia de las ciencias;
todo astral, todo deificado y leve
como sus pies descalzos:
Era el sueño del Hombre,
era el Hombre cósmico hecho sueño,
para que todos pudieran soñar
más allá,
bien y mal,
más allá, ser y estar:
la Aurora de la cabeza
el crepúsculo en los pies;
con el Espíritu tiritando entre sus manos lábiles.
Aquí en el espacio
el Ser de los seres
espermanece la madrugada
y toda su luminiscencia queda danzando
en toda la magnitud de las estrellas,
por él esparcidas........................................
Cuando Dios era la Nada
era desesperadamente ateo;
no lo podía creer
cuando estalló:
al ver su metagaláctico semen
estrellándose y traspasando
todas las fronteras,
sin embargo, sonrió;
y comenzó a expandirse
su cuerpo
(fuera)
el enigma;
desde entonces sigue
hinchando óvulos
que caen de lo profundo
de su no-ser.
Hoy, ya inconsciente,
ya negado a sí mismo
sus hijos se perpetúan
con las estrellas más cercanas
que son para El las más lejanas.
....................
Volver a encontramos,
cosmogenia, amada:
aún late en mi cuerpo y aún
recuerdo y perdura en Mí
el primer y único orgasmo,
-dice Dios...
No, ya no es posible:
ambos hemos ido muy lejos
hemos traspasado los limites estelares
y tú estás en el secreto de la Nada,
mientras de mi himen roto todavía escurren
galaxias, y las burbujas de mis senos
no han olvidado, sí tus besos,
pero se han disipado en tu primer aliento,
responde la cosmogonía,
dejando al Creador des-Hecho...
Ahora Dios, genio trastornado,
vaga tambaleándose
de universo a universo;
va dejando charcos de luz a su paso
llorando -cayendo- sollozando
todos sus ángeles benditos
malditos;
quiere llegar a su hogar, el epiciclo
del Cosmos,
a mecerse
en los brazos tristes
de su amada vieja,
Diosa.
No recordaba su sueño;
durmiendo de su boca
emergían vapores
estelas entrópicas
que parecía un sueño:
era el comienzo
de Dios
de nosotros
de la totalidad danzante.
El ¿big-bang?:
fue su eyaculación luminosa,
la Aurora Astral en la que el
Creador, desnudo en la floresta de
su Alma
se revolteó
y volvió a restregarse riendo
el limón dulce de la Alborada graciosa.