Santiago de Chile. 
Revista Virtual. 
Año 3   
Escáner Cultural. El mundo del Arte. 
EDICIÓN ESPECIAL
nº 13
Abril de 2001. 

ARTE CORREO

EN LAS AVANZADAS DEL ARTE LATINOAMERICANO

MULTIMEDIA Y POESIA EXPERIMENTAL EN AMERICA LATINA

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Clemente Padín, Montevideo, Uruguay

La multimedia es un fenómeno típico de fines del siglo XX y aparece como la suma y la conjunción de lenguajes pasibles de ser modificados y/o alterados en infinitas direcciones, no sólo en el ámbito restricto de la pantalla del computador sino, también, vía impresión, en cualquier soporte imaginable. Conquista irreversible de la técnica y la ciencia de esta época, la multimedia, gracias a sus incontables posibilidades de combinación sígnica con cualquiera de los lenguajes conocidos o a conocer, ha venido a abrir aquellas fronteras entre los géneros y formas poéticas y, también, entre éstas y los lenguajes no-verbales. Ya los poetas habían señalado esta situación, sobre todo, cuando necesitaron conceptualizar esas zonas ambiguas de localización poética como, p.e., el territorio de expresión en donde confluían dos o más lenguajes.

Así, la poesía concreta, al introducir, en un mismo plano expresivo, el espacio y el sonido junto a la estructura verbal, estaba creando un área de conjunción de lenguajes, al que llamó, tomando el término de James Joyce, verbivocovisual, borrando los límites entre imagen, sonido y semanticidad. Para Dick Higgins, fue la poesía intermedium que se mueve entre la literatura y las artes visuales, lo que caracterizaría a la poesía visual. Así la poesía que se vale tanto de palabras como de los fonemas que conforman esas palabras conjuntados o no a recursos propios de la música, se llamó poesía fónica o sound poetry. Así, la poesía desarrollada por el grupo de Firenze, que se valía entre muchos medios, de fotografías y textos extraídos de la publicidad, fue llamada poesía visiva. Los ejemplos se pueden multiplicar.

La poesía experimental

La poesía experimental se concreta en toda búsqueda o pesquisa expresiva o proyecto semiológico radical de investigación o invención de escritura o lectura (codificación y decodificación), cualquiera fuera el medio empleado, ya sea a través de sus incontables formas de trasmisión (incluyendo los códigos alternativos) como, también, a través de las variadísimas posibilidades de consumo o recepción.

Para que lo poético-experimentral exista y se justifique es necesario que produzca nuevos productos o conceptos en base a nuevas informaciones. Y no produzca sólo formas novedosas del decir, ni menos el despliegue y manejo insubstancial de recursos retóricos ya vigentes y cohonestados por el régimen y el sistema literario oficial.

Precisamente, la nueva información, que se descubre al experimentar con los nuevos medios y los nuevos materiales, no sólo está creando nuevos conceptos y productos poéticos, sino que, también, está poniendo en cuestión la legitimidad del lenguaje en tanto instrumento de comunicación. La disrupción de la nueva información provoca, necesariamente, reacomodamientos y reajustes en los repertorios del saber social (lo ya sabido debe hacer espacio a lo no-sabido hasta ese momento).Esto provoca alteraciones de toda índole y no se limita al campo específico en donde fuera descubierta la nueva información, al contrario, impregna y modifica todas las áreas de la actividad humana.

Para que la nueva información asuma su funcionalidad es necesario que se realice, ya sea en conceptos o, bien, en productos. Es decir, no es suficiente la nueva información: debe ser codificada para que ingrese en los circuitos del saber (debe ser leída por algún ente). Así, la nueva información, no sólo se constituye en un constructo, fruto de la evolución de las formas sino, también, en un escalón para nuevos avances y descubrimientos.

Muchos creen que, justamente, por ese camino es posible afirmar que la poesía es una fuente de conocimientos y una alternativa para la transformación de la realidad. Pero, el mérito no será de la poesía, sino del poeta que opera con los signos y los soportes, experimentando sus posibilidades expresivas y, mérito también, del producto de su actividad, el poema, e instrumento de comunicación, aplicado al diálogo y a la transmisión de aquel fondo del saber.

La práctica poética

La singular práctica poética puede desarrollarse en dos vías no excluyentes. Por un lado, experimentar con los contenidos y formas ya conocidas aplicando algoritmos o modelos de acción copiados de los nuevos medios, sin transponer los códigos de un lenguaje a otro, sino permitiendo que éstos "hablen" en su propio idioma sobre aquellos materiales, tanto semánticos como formas de expresión. Por el otro camino, experimentar directamente los nuevos medios tratando de descubrir sus inéditas posibilidades de expresión.

Los contenidos suelen ser históricos: lo que cambia es la manera de trasmitirlos. Por eso se dice que "cada época tiene su propio lenguaje", en relación directa con el avance y desarrollo de la técnica y la ciencia en cada momento de la historia. Sin esa renovación de las formas poéticas o, en contrapartida, la defensa y repetición pertinaz de las formas tradicionales, se corre el peligro del congelamiento o reversión de aquéllas. Esta situación es el caldo de cultivo del epigonismo o copia espúrea de formas ya institucionalizadas (aunque olvidadas).También lo es de la completa ideologización del lenguaje, incluyendo a la poesía: el valor de verdad o autenticidad de cualquier texto se impone, no por su adecuación a la realidad, sino por el poder de quien posee los medios de difusión (los mal llamados "medios de comunicación de masas").

El experimentalismo -que no hay que confundir con la verdadera experimentación- no va más allá de la mera manipulación de los signos y las estructuras del lenguaje sin generar nuevas formas y, además, del juego insubstancial con los repertorios, sacando a luz, a veces, viejos conceptos y fórmulas ya perimidas, tratando de revivirlas a través de la aplicación de nuevas tecnologías, sin éxito para quien pueda advertirlo. A fuer de sincero conviene agregar que, a veces, retomar viejas propuestas, no debidamente comprendidas en su contexto histórico y reverlas a la luz de las nuevas tecnologías puede generar nueva información, sin caer, por ello, en el epigonismo ramplón. Es el fenómeno de los movimientos "neo...", p.e., nadie puede negar la importancia que tuvo el Fluxus Art de los años 60s. y, en realidad, no es otra cosa que la continuación de Dadá (por lo que, también, se le conoce como movimiento Neodadaísmo).

Al llegar a este punto parecería innecesario precisar que una de las maneras más seguras de transgredir los códigos de cualquier naturaleza y, así, generar mayor información en razón de la impredecibilidad del mensaje, es, justamente, valerse de nuevos soportes y canales puesto que, de alguna manera, impregnarán con su "ruido" consustancial, los textos que vehiculen.

 

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Multimedia

Y no otra cosa es la multimedia, nuevo medio de expresión electrónico, complejo, totalizador, que viene a concretar el programa, preanunciado por Mallarmé, de poetizar a través de formas de expresión sintéticas, ideográmaticas y sincrónicas. Pese a ello, su uso no garantiza la asunción vanguardista, por aquel fenómeno señalado por Umberto Eco (1977) de que sólo ocurre el "milagro" cuando la forma de la expresión provoca un "reajuste del contenido". Esto quiere decir que, si las alteraciones que pueda provocar la multimedia operan exclusivamente a nivel de contenido caemos en una simple transposición de lenguajes, sin espesura creativa.

La multimedia se sitúa junto a la forma de la expresión y es, desde allí, que determina los contenidos. Lo cierto es que algo ocurre cuando un significante se une a un significado que hace que se altere el sentido original de éste y que hace, además, que dicha expresión sea pasible de ser trasmitida por otros canales, sin alterar su significado. Ni que decir cuando el canal "habla por sí mismo", es decir, cuando por errores del operador o por la aparición imprevisible del "ruido" del canal, irrumpen formas impredecibles y extrañísimas en el texto.

Por si no bastara el simple uso del nuevo medio, la multimedia aplicada al continuum poético, habrá que sumarle la aplicación de otras formas novísimas propias de la mecánica electrónica. No sólo los algoritmos de búsqueda y generación de textos aprovechando la velocidad de examen y concreción de los programas ultrarrápidos, a la manera de los llamados hipertextos. Tampoco aquellas formas poéticas que desmienten la afirmación de Jakobson: "La función poética proyecta el principio de equivalencia del eje de la selección al eje de la combinación", aludiendo a la repetición de acentos, ritmos, estructuras sintácticas, etc., es decir, cuando la recurrencia paradigmática se produce en el plano sintagmático, esto es, en el poema, al concretarse en largas columnas de palabras o términos relacionados por alguna característica similar, ya sea semántica o fonética o grafemática. Se pretende la concreción de un programa creativo valiéndose de las propiedades del canal multimedia, sobre todo, de las características intrínsecas del espacio que ofrece.

Una aplicación radical del nuevo medio

Así como la página ofrece su bidimensionalidad y el medio ambiente sus tres dimensiones, la computación ofrece un espacio virtual, definible como un espacio lógico, diferente al real, en donde confluyen directivas electrónicas y algorítmicas programadas que permiten la aparición de situaciones espaciales a las cuales hay que reajustar toda la pasada experiencia. En este sentido hay que señalar la obra del poeta argentino Ladislao Pablo Györi quien, en ese particularísimo espacio, ha creado sus "poemas virtuales" o Vpoemas, como les llama. Ello ha sido posible en razón de que la computadora puede engendrar signos tridimensionales, previamente programados en el espacio virtual de la máquina. Pero, sobre todo, puede programar sus comportamientos de acuerdo a la aleatoriedad del comportamiento de los accionadores de ese espacio virtual. En suma, una imagen espectral que representa "algo" que puede ser manipulado (de la misma manera que manipulamos cualquier objeto de la vida diaria), con la posibilidad de alterar su comportamiento de acuerdo a leyes lógicas (similares a las leyes naturales) o ilógicas u otras de acuerdo al capricho del operador.

Gyori.

El objeto o poema virtual, al igual que su congénere real, responderá siempre de la misma manera, puesto que contiene en sí toda la información necesaria para su realización en tanto poema u objeto. Sin embargo, por tratarse de un objeto virtual, ya que sólo es un conjunto de datos inscriptos en un programa o memoria, se le puede aplicar la física que se desee (y pueda programarse).

Estos poemas, a los cuales sólo se puede apreciar cabalmente dentro de su propio habitat (ya que su imagen fotográfica sería un palidísimo reflejo de su "realidad") no sólo pueden desplazarse y moverse en consonancia a programas precisos y determinados sino que, también, pueden responder a situaciones provocadas por el observador, haciendo real la interacción entre poeta, obra y lector.

Como se ve, la multimedia viene aportando recursos casi ilimitados al quehacer poético, no sólo la posibilidad de combinar y conjuntar lenguajes de todo tipo bajo las formas más alejadas al sentido común sino que, además, brinda un nuevo espacio con el cual entrever nuevos sentidos de la realidad y recrear ámbitos poéticos imposibles de ser imaginados por otros medios.

Las implicancias ético-políticas

En América Latina es imposible evitar examinar las concomitancias ético-políticas cuando irrumpen nuevos medios (el viejo hábito de la crítica de los 60s.). Los medios son formalmente neutros e (in)significantes, aunque se subraya "formalmente" y se cierra entre paréntesis "in" porque, en verdad, los medios están imbuidos de ideología y son instrumentos infranqueables e imposibles de ignorar en la dinámica social, tanto para unos como para otros. Por supuesto, son realmente idóneos para quienes poseen los canales por los cuales se trasmiten, es decir, los medios de comunicación masivos. A los que no puedan acceder a estas líneas de difusión sólo les cabe promover sus propios circuitos a través de los medios de los que, aún, puede disponer.

Tampoco se puede dejar de señalar, tanto antes como ahora, la incidencia del "tecnologismo", fruto del desigual intercambio comercial que obliga a los países productores de materias primas a vender su producción sin elaborar y, a la vez, comprar productos sofisticados de gran desarrollo técnico y, por si fuera poco, en caso de no acceder a este injusto comercio, a perpetuar esa situación de infraproducción y dependencia.

Se trata de lo que antes, en los 60s., se llamaba eufemísticamente "imperialismo cultural": por un lado nos vemos obligados a comprar la "mercancía", (en nuestro caso las computadoras, los scaners, los modems, los CD Roms y otras sutilezas so pena de quedar atrapados para siempre en el pre-modernismo, atados a formas de producción anacrónicas, fuera de época) y, por el otro, se adquieren las normas de uso de esas ultimísimas tecnologías, es decir, podemos acceder a esas técnicas superdesarrolladas si respetamos el uso restricto que no ponga en peligro el monopolio productivo que ejercen. Apenas nos permiten la acumulación de datos en archivos, la manipulación de programas potables, el acceso vía Internet a los archivos de cualquier institución (en el área de conocimientos y datos que autoricen) y, también, a la creación de programas que no comprometan su control sobre la industria. El acceso a programar programas o a datos e informaciones de punta nos está vedado. Sin embargo, en América Latina, se ha acumulado sobrada experiencia en relación a las tecnologías que cada tanto tiempo ingresan a estos lares. También el Cine Super 8,el Telex, el Video, el Compact, etc., llegaron con sus "instrucciones de uso". Pese a ello, tanto artistas como comunicadores sociales no han dejado de aprovechar sus inmensas posibilidades. Incluso, recientemente, es apreciable cómo movimientos insurrecionales latinoamericanos se valen del Internet para difundir sus principios y sus denuncias al mundo entero haciendo entrar, en la confrontación, a la fuerza moderadora de la opinión mundial.

Nada impide, entonces, afrontar con entusiasmo y optimismo esta nueva irrupción tecnológica que promete tanto, en la medida en que se logre revertir y trastocar sus objetivos: de tecnología de dominación y sujección (a través del control de las formas sociales de comunicación) a instrumento de liberación y concreción de programas que satisfagan las urgentes necesidades de los pueblos, incluyendo las simbólicas.

Conclusión

Los nuevos medios están ahí. Como siempre ha sucedido: dependen de cómo se los usen y quiénes los operen y con qué fines. Escapa a esta nota examinar exhaustivamente las implicancias que de todo tipo están provocando en nuestras vidas. Lo cierto es que están y están modelando nuestras interpretaciones del mundo y nuestras respuestas.

A nivel del arte y la poesía nadie lamentará los cambios y transformaciones mayúsculas que vienen ejerciendo en todos los órdenes. Todo un mundo va quedando atrás: la fotocopiadora barrió con la propiedad intelectual (el copyright) e inició, al decir del escritor mexicano Monsiváis, la hora "xerox de la lectura"; los fascículos terminaron con aquellas impúdicas y privilegiantes ediciones de lujo (también están desestructurando las bibliotecas, tal como las conocemos); el video, con su registro simultáneo de tiempos y espacios nos da otra visión de la realidad y la historia; Internet hace real la "aldea global" de McLuhan ; el videoclip, resumen de espacios, tiempos, géneros artísticos y temáticas (des) y (con) textualizadas; los videogames: performances con programas establecidos; la multimedia...

Ya Fluxus, por los 60s., sostenía que, sino hay diferencias entre la vida y el arte, tampoco debía haberlas entre las artes, preanunciando las artes de hoy y todas aquellas técnicas electrónicas que, al parecer, están barriendo con el obsoleto sistema de bellas artes del pasado y el reinado de la literatura y la poesía como regentes de la imaginación y lo simbólico.

La multimedia, ¿nos está haciendo perder sensibilidad o capacidad de emoción (tal cual lo temía Eliot) o nos está ampliando nuestras posibilidades de expresión ? Realmente, ¿somos más indiferentes o más obtusos como consecuencia del uso acrítico y desproporcionado de estas tecnologías o son espejismos, consecuencias de la idealización de tiempos pasados, cuando no existían los transistors y los semiconductores ? La reorganización de nuestros tiempos y la regulación de nuestros espacios, definitivamente, están modelando nuestra sensibilidad y nuestra relación con los demás y con el mundo pero, no cabe preguntarse si ello es perjudicial o no, o si nos hace mejores o no, porque vendrán otros adelantos que delinearán otros cambios. La pregunta es :¿dónde se situará el punto de aplicación de las nuevas tecnologías ?¿Estarán al servicio del mercado y del consumo conspicuo que sólo favorece el enriquecimiento de pequeños sectores de la sociedad en perjuicio de la gran mayoría de la población, sin contar los irreversibles perjuicios al medio ambiente y la pauperización irredenta, vía agotamiento de los recursos naturales?

Hemos llegado muy lejos del tema que nos hemos propuesto, la multimedia y la poesía experimental. Pero...no existen estancos aislados y desgajados de la experiencia humana ni de la realidad. Tan importante como diseñar los alcances y posibilidades expresivas de los nuevos medios es precisar las consecuencias pertinentes que atañen a su uso. Si bien es posible separar metodológicamente la "ética" del "arte", a los efectos de su estudio, en la práctica es imposible. La experimentación, la empiria, aplicada a todos los sectores de la vida humana, incluyendo la poesía, no es una entelequia y sus resultados se aplican a todos por igual y en todos los campos imaginables, provocando cambios irreversibles que nos obligarán a elegir, a optar, a dar fe de nuestra índole ética, haciéndonos asumir compromisos, ya sea por actuación o por omisión, también irremediablemente.

01- Indice

02- Tucumán Arde

03- El Conceptualismo o el Sentido Ideológico de la Vanguardia Latinoamericana

04- El Arte Correo en Latinoamérica

05- El Network y el Rol del Artista

06- Multimedia y Poesía Experimental en América Latina

07- El Arte en la Calle

08- Las Opciones del Artista Latinoamericano

09- Las Huelgas de Arte

 

Clemente Padín: C. Correo Central 1211, 11000 Montevideo - URUGUAY
Para ESCANER CULTUTRAL, Abril de 2000.

 


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