Los bordes han cambiado de lugar y es necesario moverse dentro de los enclaves del arte-acción, donde la des- territorialización de los lenguajes es posible. Vamos por la retirada consciente del mundo de las grandes narrativas, disolviendo los significantes, para abrir el juego a los múltiples sentidos. Hacemos nacer, una vez más la DESOBEDIENCIA. ¿Una cartografía de los mundos imaginarios? Un paisaje, un hábitat, muchos no-lugares des- localizados. Un intercambio horizontal. Espacios aleatorios, silencios habitados: interferencias imaginarias entre arte = vida, con la marca del SUR. Queda lo humano como obra en el cuerpo de los que están ahí, cada vez que se realiza la acción, que ya no es más símbolo sino presencia en el acto del puro estar y darse cuenta. Hay que acuñar nuevos nombres para estos partos clandestinos, que se dan al SUR de un NORTE que pretende globalizar las orillas. Hay orillas también en los Nortes. Y arte centrado, también en el SUR. ¿Hay que dar vuelta el mapa? Dicen que no hay más puntos cardinales. Ya no alcanza con señalar, porque el "virus del control" se adueña de los rincones más recónditos. Nos queda la RESISTENCIA. Trabajar para la des-centración, los silencios, la incertidumbre, los bordes borrosos, la ruptura de los estereotipos del imaginario colectivo, la denuncia, el conflicto, las explosiones y el dis- gusto. En todo caso el rechazo de lo legalizado por el consumo. La inauguración de mundos, pequeños, cotidianos, que se abran a la acción. Soñamos con enternecer, gracias a la fuerza de la dulzura y de la caricia, que algunas veces duele. Somos artistas descalzos. ZONADEARTE quiere rescatar la ACCION poniendo al cuerpo como protagonista. El cuerpo siempre estuvo, pero sin ocupar el lugar de la obra: el cuerpo del autor, el cuerpo del público. Hemos puesto el cuerpo todos, los que accionamos y los que presenciamos las acciones. Hay que acomodar los cuerpos a toda situación, no hay selección, no hay curaduría. En esta ZONA reina la apertura, la horizontalidad y los bordes compartidos. Tuvimos que estar y darnos cuenta, más allá de lo agradable o lo incordioso. Más allá de toda posible identificación. Si hubo identidad ha sido solamente el rasgo de lo humano que se con-duele o se juega en el disfrute, sin controlar. Ya no más valoración de cualidades, sino el despertar del asombro, el descubrimiento y la incorporación de todos los elementos multiculturales, que en lugar de separar, reparan, contienen, ayudan a vencer el miedo provocado por la incertidumbre de la no-pertenencia. ¿Un mundo en el que caben todos los mundos? Un barco en ese mar de mundos, que ZONADEARTE quiere entregar a las jóvenes generaciones. Un legado posible del arte sentipensado como forma de vida para co-crear.
|
[Volver a la Portada] - [Visita la Comunidad Escáner Cultural]