revista virtual de arte contemporáneo y nuevas tendencias
año 8
Número 89 - Noviembre 2006


LOS PAYASOS DE CINDY SHERMAN

Desde Colombia, Ricardo Arcos-Palma

 

 

La artista norteamericana Cindy Sherman se ha destacado dentro del contexto del arte contemporáneo por sus transformaciones y puestas en escena de su figura: dentro de un marcado corte feminista, sus obras tratan de crear retratos de mujeres que generalmente han sido obejeto de manipulaciones o de agresiones. Este mes en Revelado, dedicaremos un vistazo crítico a su más reciente producción fotográfica expuesta el mes pasado en la galeria du Jeu de Paume en París. Estas imagenes nos hablan de unos nuevos personajes que surgen: los payasos, esos seres que paradógicamente están para divertir a los niños, pero que al mismo tiempo generar terror por lo grotesco de su maquillaje. Esos personajes máscara, son la carticatura pefecta de las imprefecciones humanas: la bocas son exageradamente grandes y pese a la tristeza que se posa en las comisuras, un aurea blanca les fuerza a sonrerir. Los ojos, generalmente son tristes, como agujeros en el rostros. Esos personajes máscara, destinados a hacernos reír en la exageración de lo burlesco, terminan siendo la excusa ideal para que Sherman realice una crítica a la condición humana después del 11 de septiembre.

En un diálogo con el filósofo y crítico Arthur Danto, la artista intenta responder al porqué de esa serie:

" La idea me vino a la cabeza cuando me pregunté: ¿"Para qué diablos continuar haciendo arte"? La pregunta era pertinente luego del 11 de septiembre. Nada de ironía en este punto. Usted sabe, es como hacer arte sobre los aspectos de la sociedad más bien baladíes o insignificantes, mientras que hay cosas más importantes en el mundo. Yo me interrogaba sobre la posibilidad de hacer una u otra cosa. Algunos de mis amigos me decían: "Oh no, es el momento de hacer arte para superar esta tristeza". O bien: "El mundo necesita belleza, cosas que brinden seguridad y es lo que tu puedes hacer". Es así que comencé a pensar retratos tristes y serios, pero el resultado no era lo que buscaba. Entonces se me ocurrió la idea de algo más tónico, más vital que esas mujeres representativas de la clase media, como la campesina y aquella que yo llamo la "jovenzuela", que yo antes había fotografíado sobre un pedestal como verdaderas heroínas. Yo detuve todo después de esas dos. Fue una mala experiencia, un rollo fotográfico perdido durante el verano del 2002.; había perdido toda energía. Me tocó esperar dos años para encontrar algo que envolvería los sentimientos contradictorios que yo quería expresar. Pensé entonces que lso payasos tendrían un vocabulario sin límites y representarían un desafío al hecho de diversos estratos de emosiones. No solamente la ironía o el humor, sino también lo patético y lo trágico. Y entonces, ¿tal payaso a cometido una masacre o es un violador de niños? Hay tantas cosas que podemos hacer decir a esas imágenes".1

Como bien lo muestra Sherman, sus payasos son el maquillage perfecto de una serie de tensiones y contradicciones humanas. ¿Qué se esconde detrás de esas "amables" máscaras? Quizá nada más que una tristeza inmensa, o un mueca de terror. Los payasos pululan al rededor nuestro, y nos señalan con frecuencia que detrás de ese maquillaje existe otro rostro mismo sino queremos aceptarlo. Esta serie de payasos nos muestra unos seres completamente inscritos dentro de lo que podríamos denominar la gran comedia humana, donde el retrato intenta preservarlos.

Cuando el artista se ve confrontado a la sinrazón humana la cual lleva a la confrotación de culturas bajo el nuevo lema "guerra al terrorismo", cuando piensa que toda obra de arte no puede ser trascendente o es sin sentido en un mundo donde la violencia se impone, que mejor manera de responder que con unos personajes, que nos hablan de lo más grotesco de lo humano. El payaso, ese personaje exaltado por Fellini aquí acquiere una extraña condición donde el rostro deviene máscara y la máscara a su vez se petrifica en la mueca de la falsa felicidad, de la falsa alegría, como si esa mueca congelada en cálidos colores nos recordasen permanentemente nuestro momento frágil de la vida.

 

Ricardo Arcos-Palma

Bogotá octubre del 2006.

 

1 Propósitos extraídos de la entrevista entre Arthur Danto y Cindy Sherman. Art Press N° 323. Paris 2006.

 

 

 

 

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