Santiago de Chile.
Revista Virtual.
Año 7

Escáner Cultural. El mundo del Arte.
Número 71
Abril 2005

GUILLERMO DEISLER:
a 10 años de su fallecimiento

Desde Uruguay, Clemente Padín

"Sucede que, a veces, me canso de ser extranjero"
Guillermo Deisler

 

El próximo 21 de Octubre de este año, 2005, se cumplirán los 10 años de uno de los artistas y poetas pioneros más importantes e influyentes de la generación de los 60s. en América Latina. Sin duda, Guillermo Deisler (Santiago 15.6.1940 - Halle 21.10.1995) fue uno de los que, con mayor énfasis, puso a Chile en la escena del arte alternativo mundial. En pleno exilio, escribió ese poema-concepto que, a primera lectura pareciera que hacía alusión a su condición de exiliado político, lejos de su patria y de sus raíces. Sin embargo, a la luz de su obra, es perceptible su propuesta hacia una coterraneidad absoluta, hacia un mundo sin fronteras, sin nacionalismos ni chovinismos patrioteros, un mundo para hombres-aves compartiendo un espacio ilimitado. De allí, también, la pluma, su símbolo-objeto que connotó la temática de su obra excepcional. Y, también, de ahí, su UNI/vers, su revista cooperativa, obra de hombres uni/vers(ales), artistas de la red universal (networking) conjuntados por Guillermo hacia (vers) una UNI/ca patria, sin extranjeros.

 

En aquella época, a fines de los 60s, el centro de la actividad artística era el cuestionamiento de los lenguajes, sobre todo, del lenguaje verbal. Se le atribuía la desgraciada función de afianzar el régimen cubriendo con un velo las lacras y malformaciones sociales que provocaba el sistema económico vigente. Se pensaba que, a través de su prístina función de representación de la realidad, ejercía, sobre la verdad, una deformación que se ajustaba como un guante a las necesidades de legitimización del sistema, es decir, se había convertido, no en un instrumento de comunicación sino en un instrumento de sujeción, al servicio de los sectores sociales que se beneficiaban con tal situación. La verdad ya no era más el concepto adecuado a la realidad sino que dependía de "la elegancia en la expresión" o en

"la autoridad y poder de quien hablaba". Fue, justamente, a esa actividad de denuncia y de desmitificación del lenguaje verbal a lo que se debe ese interés por la poesía experimental y sobre todo, por la poesía visual. Fue, justamente, por esa actitud de denuncia y desmitificación, que la poesía visual se volcó hacia los "contenidos des-semantizados" (sic!), es decir, fuera de los significados enajenantes, fuera de la palabra "que dice y no hace". No se trató, claro está, de una actitud de negar el lenguaje porque sí sino de negar un sistema clasista que se valía del lenguaje verbal para ejercer su imperio sobre el resto del pueblo. Pero, por otra parte, respondía al curso casi natural de las vanguardias poéticas pos-modernistas que se expresaban a través del sensorialismo (o antintelectualismo), sobre todo a partir del nuevo impulso con que la accionó la poesía visiva italiana (1963-68) de gran influencia que culminó con la poesía totale de Adriano Spatola. Si se observan los poemas visuales producidos en América Latina en esos días, se verá la preeminencia de las producciones asemánticas, palabras y letras totalmente desconectadas de sus sentidos. Confirmando la excepción, el movimiento brasileño del poema/proceso tenía como fin primordial, la creación de una poesía sin palabras. La producción poética de Guillermo Deisler no escapó a estos determinismos, incluyendo la apropiación y descontextualización de la simbología política; el entorpecimiento, cuando no la negación, de la lectura banal; el uso constante del collage, instrumento creativo que disuelve los enlaces de sentido en favor de la desintegración de la sintaxis y el orden racional. El tema era la subversión de los significados, tanto de las palabras como de las imágenes.

El arte (y la poesía) se convirtió en un instrumento de comunicación que les permitió, a los artistas de aquellos años, sostener una lucha sin cuartel contra las dictaduras que asolaron estos países del Cono sur de Sudamérica (lucha que, haya incidió poco o mucho en los acontecimientos, conservó e impulsó la tradición del arte latinoamericano). El costo de ese despliegue fue oneroso: muertes, prisión, tortura, desaparición compulsiva, exilio... Precio que, estoicamente, le tocó pagar a Guillermo y a su familia. Pese a ello, gracias al arte correo, ese subarte "no ovacionado", que le permitió afrontar el aislamiento y soledad cultural, fue logrando un real cosmopolitismo que le ubicó en el encuentro de múltiples culturas y, pudo así, superar el bloqueo al cual le llevó su estirpe de luchador insobornable. Oigámosle:

"Para los latinoamericanos, y ya somos unos cuantos los creadores que, voluntariamente o impulsados por circunstancias políticas, se ven obligados al exilio, el arte correo se transforma en el paliativo que neutraliza esta situación de ciudadanos fallecidos como le ha dado por llamar el escritor paraguayo Augusto Roa Bastos a esta masiva emigración de trabajadores de la cultura del continente sudamericano ".

 

La singular situación vivida por Guillermo Deisler, le ubica en el cruce de múltiples culturas, desde sus ancestros alemanes, a los antepasados chilenos (criollos, mapuches, araucanos, etc.); desde las milenarias culturas greco-latinas en su exilio búlgaro al regreso a sus fuentes germanas. Escuchemos nuevamente a Guillermo:

" Como una postura natural se desarrolló en mi trabajo, un sentido de integración de muchas culturas o rasgos culturales, como también se desarrolló el observar los hechos como la interacción de una infinidad de factores. Como se habían mezclado en mí mismo, complementándose: una, en la aceptación del elemento extranjero y la otra, en la rápida asimilación que ante la ausencia de presiones y tensiones se manifiestan en una convivencia que le da el carácter a nuestra no-identidad ".

Su poesía experimental conoció las dos dimensiones: la verbal y la visual, es decir, cuyos sentidos se trasmiten a través de la significación de las palabras y, la otra, cuyos sentidos se trasmiten a través de la visualidad de los signos, ya trasmitan o no contenidos verbalmente. Veamos que nos dice Guillermo con respeto a su poesía:

"Es este grado de credibilidad del código como sistema de signos para trasmitir información, conceptos e ideas, como parte de la carga ideológica contenida en sus mensajes, la misma ideología contenida en el código, los problemas que aboco como materia fundamental en la construcción de mi poesía visual. Es fundamentalmente el código escrito, la escritura, como asimismo la palabra impresa la materia básica. El carácter esencialmente gráfico de las letras y de la página, como del texto escrito, mirado desde el punto de vista concreto: signos escritos o impresos sobre una estructura (papel, sobre todo). A partir de esta idea que he venido desarrollando durante años, distingo diversos métodos para mi trabajo: la desorganización del código hasta su desintegración, como la organización o mejor dicho la reorganización del código usando sus signos como signos de otro código y una tercera forma que utilizando la escritura mecánica y diversas técnicas y tecnologías, es, a su vez, también, una forma de re-escribir textos basados en la destrucción clara y visible de signos de otros códigos.

Pretendo de esta manera introducir elementos de reflexión, lúdicos e imprevistos, como la creación de una realidad que nos recuerda algo de nuestra naturaleza con signos de un código como el escrito o impreso, pero que no tienen más función que su lectura concreta, en la cual podemos reconocer los signos de una escritura destruidos, prácticamente desintegrados, sin sentido, en forma caóticamente organizados en donde prima la trama, la red que en fin de cuentas forman parte del código mismo."

 

Siempre hemos oído que la revuelta vanguardista consta de dos etapas: la primera es destructiva, de descomposición, disruptiva, de negación de valores que sostienen esas formas perimidas; en donde, para negar el pasado e imponer las nuevas ideas, se destruye o banaliza la poesía presente. La segunda etapa, de creación y propuesta, suele recomponer los signos en otros recreados que permitirán los nuevos textos que expresarán los nuevos tiempos, sea cual fuera el lenguaje empleado.

Diseñador gráfico, escenógrafo, grabador, docente, artecorreísta, performer, editor, luchador social, en Guillermo Deisler se concentran y se expanden todas esas formas culturales generando un ser multifacético y universal, el prototipo del "networker", figura emblemática del artista de fin de siglo y milenio, en donde conviven todas esas suertes de expresiones tan diferentes. Pese a la aparente contradicción, de esa pluriculturalidad individual se nutre su obra, es decir, definiendo simbólicamente la particularidad de la experiencia humana de estos tiempos en el marco de los nuevos medios de comunicación surgidos al amparo de los avances tecnológicos. De allí, su "cansacio" de pensarse como extranjero y no como él se sentía: un ciudadano del mundo, transfigurado en el UNI/vers(o), enraizado indisolublemente a su origen al que nunca olvidó, el pago, la indómita Araucania.

 

(*) Si Usted desea mayor información sobre la vida/obra de Guillermo Deisler, le invitamos a visitar la website catalana http://boek861.com



Clemente Padín:
Sitio Web: www.escaner.cl/padin
E-mail: clementepadin@gmail.com
C. Correo Central 1211, 11000 Montevideo - URUGUAY


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