Santiago de Chile.
Revista Virtual.

Año 6
Escáner Cultural. El mundo del Arte.
Número 62
Junio 2004

 

EL SUEÑO AMERICANO DE PEPA Y GWB
(La Cenicienta chilena y el Príncipe George )


MI PERÍODO ROSA Y EL ALEPH KAFKIANO

Por: Silvia Banfield

Esta es la sexta nota del día. La décima tasa de café. El 18 avo cigarrillo. La novena llamada que contesto. El día siete del calendario. El quinto mes del año. El cuarto cenicero que boto. La millonésima vez que maldigo frente al ordenador y hasta yo me borro. Me desactualizo. La sexta vez que inicio este lead, un encabezado que se me hace humo en la cabeza. Las matemáticas nunca me fueron fieles y creo que tu tampoco, querido. Qué importancia tiene, dirías, si estuvieras aquí, si ya pasó. El campo de golf es un verde epitafio en esta relación. Debo tomar temprano mañana el avión a Denver. Me perderé el último capítulo de Friends, pero me lo iré imaginando en el vuelo. Para eso es bueno subirse a las nubes. El día que deje de soñar, le escribí el otro día a mi papá, hago como Quino, le cierro la boca a Mafalda.

Está nevando levemente y mis ojos se quieren cerrar. Un paisaje blanco puede borrar hasta el pasado. Siempre hay un último capítulo. Más café negro. Hace frío. Pensar a esta hora es como borrar el negro a la noche. Hacer un puzzle sobre el mar. Esperar que entre por al ventana una paloma untada en nieve y acuerde contigo la paz, al menos por ese instante de magia. Necesito una historia. Me guiñan sus ojos los diarios, que están atrasados en unos tres días por lo menos. Mis pinturas, mis pinceles. Esto se llama abandono. El ocre, el rojo, el negro, la noche, el insomnio, el hilo, yo.

La noche está estallando en muchas partes en este minuto. Es más que un presentimiento. Entran vivos y salen muertos. Caminan con dos pies y vuelven rectos.

La noticia es la venta del Garçon á la Pipe de Pablo Picasso (Pablo, Diego, José, Francisco de Paula, Juan Nepomuceno, Maria de los Remedios, Crispin, Crispiniano de la Santissima Trinidad, Ruiz y Picasso) por sobre los cien millones de dólares, y porque aún el arte maraville a los pelmazos operadores de la bolsa. Los siento, no sé, como espantapájaros inanimados, pero son aves de rapiña que no dudan en arrancarte el alma, además no saben besar, y juegan golf. Creen Que todo lo tienen y consigue, como Internet. El lienzo rosa está frente a mí. Picasso entra por la puerta. Toma los pinceles. Me siento desnuda. Me siento diván. Me siento en la silla. Lleva el atril con magia, del rosa, al azul. Él es el muchacho de la pipa. En mamelucos azules. No tiene más de 24 años. Su corona es una guirnalda de rosas. Colori rosa. Picasso se cotiza más que el Papa. Después de todo él dibujó la paloma de la paz. ¿Dónde estará ese cuadro? Debiera presidir la O.N.U. Sólo le falta levantarse como Lázaro.

Hay melancolía en este cuarto-estudio, nuestro período rosa. Me hace sentir por momentos una señorita D´Avignon. No sé que hace Pablo y por qué lo tuteo, pero me hace sentir la mujer con la guitarra. Estoy cuadriculada, soy un cubo desnudo. Me siento primitiva. Siento las notas en mis entrañas. Si el poeta estuviera. Me armo y desarmo. Qué rosa, azul, roja está noche picassiana, con el Minotauro, mi hilo desvanecido en el aire reencontrado en su laberinto. Período blue, naufrago. Crispiniano de la Santissima Trinidad, alcanzo a decir.

Cuando me enredo me parezco a Clinton frente a Mónica L .¿Pero qué estoy diciendo? Si esa es la historia. No, no lo del habano y todo eso, la pasante. No. Ni el traje almidonado por William Jefferson Clinton, el más grande seductor de la Casa Blanca en tiempos de paz y guerra, quiso decir alguna vez Gabriel García Márquez. Esa noche con García Márquez y Carlos Fuentes, Clinton confesó que su película favorita era Hihg Noon, Sólo ante el peligro. Fue algo Sensacional. Un Sheriff abandonado por su pueblo cuando los vecinos vieron que venían a vengarse contra él. Pero esa noche sentenció el futuro con una rara bola de cristal: mi único enemigo es el fundamentalismo religioso de derecha. No ahondemos más por este túnel, ya sin salida, y veamos que sucedía en el cono vacío del espejismo kafkiano del caso Mónica L y su entorno.

Tampoco se trata de la mirada caspita de su mujer, la abogada brillante que le traspasó todos los códigos del amor. Fue Hillary C., quien aguantó la mecha del Clinton gate y sostuvo el frágil andamio de la doble moral victoriana. Una se atraganta hasta con el pavo de Acción de Gracia. Se vuelan las plumas victorianas, el puritanismo rojo de vergüenza. De chismes ya tuvieron bastante los medios. El hombre que tocaba el saxofón y tocó en la tenue penumbra Oval, el muelle manso del sexo juvenil, hábilmente expuesto al sexto sentido, salió airoso finalmente. Sin una sola Enmienda. Esta es una gran nación. WJC se elevó por sobre los pronósticos y superó uno de sus más formidables obstáculos en su mandato: Mónica L. Conducta inapropiada fue la palabra que acomodó el paquete Clinton –Mónica. Y, End. Pero todo eso fue diversión, mientras que lo de ahora es tortura. , según estoy leyendo el Washington Post, que no cesa, como una licuadora, presentar fotografías sobre los horrores de la cárcel del Saddam, sin Saddam, en los mejores tiempos de Saddam, como si Saddam mandara sus propios masajistas, cortadores de yugulares, psiquiatras de campaña, torturadores de cabecera, violadores. Prefiero mirar el techo, me levanto a la cocina, un vaso de agua, aire, cuando me aparece ese ser de negro, con una capucha lleno de alambres, suspendido en el propio terror. El periodismo es también un oficio masoquista, es lo que concluyo. Fotos para la vergüenza nacional, un curso intensivo de degradación, la basura humana, el escombro, los restos chatarra de la carne. En el umbral del asco, sé que la pantalla no respondería mis preguntas, por vergüenza y quizás esté entendiendo mi asombro, impotencia, mis ganas de querer ser marciana.

El niño rosa de Picasso posiblemente quedó en manos de Lily Safra, la viuda de un banquero. Y debe estar en sus manos en este momento. ¿Qué estará haciendo con ese muchacho de mameluco azul? La vida en rosa por 104 millones de dólares, es más que una novela, mi querida Lily, convengámoslo. Nueva York, son todas las misas de París, incluidas las del Papa Picasso. El otro posible comprador del Muchacho de la Pipa, es Ste-phen Cohen, un corredor de bolsa. Cómo los detesto. Gente sin corazón, sentimientos, claro, más que por lo que hay detrás, sobre, bajo, según, tras, dentro de la bolsa. Pobre Crispin, Crispiniano de la Santissima Trinidad, Ruiz y Picasso, supiera en que manos quedó la rosa coronada de su jardín. Ste-phen Wynn, un propietario de casinos, podría también estar disfrutando del bambino rosa. ¿Un acierto o desacierto del azar?. No sabemos. Un financista, un Getty y el cofundador de microsof, Paul Alle, quizás serían ganadores ganadores de la subasta del Muchacho de Picasso de los años 20. la época del Charleston, a menos de una década de la gran crisis, Chicago no se dejaba retratar. Así se reporta N.Y. el 2004, salvajemente mundana, moderna, pragmática, adorablemente posesiva. Mi manzana favorita, por alguna razón Eva y Adán te mordieron. Cae la nieve y tú en tus playas, me digo. Caribe to night, estrellas, luciérnagas, luna llena, mar. No por blanca, la noche es menos espesa: Silvia Banfield.

El mundo ya no pareciera estar en facha para ser pintado. Menos de rosa, tampoco azul. No me imagino la paloma de Picasso volando frente a mi ventanal. Si veo crecer el muro frente a las Naciones Unidas. Cómo deben estar riéndose los constructores del muro de Berlín. Leo claramente un titular en su frontis: No vengan a lamentarse aquí. La ONU recomienda “humanizar la guerra”. Me pregunto que habrá querido decir esta inefable institución, tan venida a menos, pariente pobre de los Derechos Humanos. Estoy viendo la foto de la mujer soldado que arrastra su perrito iraquí. El mundo es una mascota americana. Cuando el mono se afloje de la cadena, hacia qué árbol treparemos nosotros, me pregunto. ¿O nos perderemos en el desierto en una de sus tormentas? No me atormento más, escribir, es mi trabajo, y esta noche no he podido tomar el pulso a esta última nota, que se rescribe así misma, con sus interminables dudas, silencios, actualizaciones sobre la marcha, agujeros negros, un presente aterrador. La muerte es polaca también en Bagdad, leo un último cable. El rosario es más largo. Siento Pesado el teclado. Las yemas encendidas. Los ojos, un oráculo sin futuro. Mañana en Denver. Deseo un final feliz en Friends y para mí también, lejos del campo de golf. La nota real tendrá que esperar. Quizás en el avión. Y veo que no soy la única. Al otro lado de la ciudad, en algún lugar, Bill Clinton lucha con sus memorias. El teclado, con su silencio, arremete contra su orgullo personal. No avanza. No duerme. Al menos es lo que dice la última edición de Vanity Fair. No es para menos, ya le adelantaron 10 o 12 millones de dólares. Está bajo vigilancia y asistencia de su editor. No es mi caso Bill, digo. Apago el computador. Es muy tarde. Es muy tarde para sorprender a la imaginación. La vida en rosa está del otro lado. Cierro los ojos y no veo más que el inefable porteño que temía a los espejos y tenía una fe ciega en la muerte. La nieve no cesa y la noche no logra oscurecerla. Sentado en su Aleph kafkiano, Borges ve como Stalin borra de las fotos a Troztky, quien entra por la otra puerta y vuelve a ponerse para la foto. La historia no es diferente. Sólo los cadáveres cambian, la foto es la misma. Yo, no me quedaré como La femme aux bras croisés de Picasso.


EL SUEÑO AMERICANO
DE PEPA Y GWB
(La Cenicienta chilena
y el Príncipe George )


Por: Silvia Banfield

El siglo veinte aún no terminaba. El mundo rodaba en su pedal lleno de incógnitas, fuegos fatuos, esperanzas, cosas esas que la humanidad reserva para algunos instantes. Bill Clinton estaba en la Casa Blanca y se respiraba algo de normalidad. Una extraña onda de satisfacción, porque la economía caminaba, Idiota . Ese es el Talón de Aquiles del capitalismo real, el aceite, la grasa del motor y sus frenos incluidos. La nafta con que se mueve este mundo mundano moon, moon , lunático definitivamente. Era mejor el saxo y el habano, que esta teoría sin fin de la cuerda floja, el salto sin paracaídas, el globo que se desinfla sin explicación, la piñata para celebrar el hermano muerto.

No sé si esta historia le interese a mi Editor. Ya me parece estar escuchándole, "te saliste Silvia, de la carretera, y dejaste el motor encendido en media calle". ¿Qué prefieres?, responderé absolutamente serena, con cara de dado: que el centenar de libros contra el Number One , -que ya inundan los escaparates de las librerías-, nos dejen sin lectores. Y que el otro grupo de consumidores de noticias revoloteen como moscardones frente a un televisor, porque allí estarán, y no hojeando un periódico precisamente.

Escribo en momentos en que han sucedido dos hechos notables: la boda de los príncipes de Asturias en España, y me encanta, digo, es un decir, la plebeya colega futura reina del ex reino de Aznar. Y la caída de su bici, de G.W.B., lo que me hace pensar que mal pedalea el Number One , o lo hace hacia el precipicio con su acostumbrada espontaneidad, casi asistido por el Pentágono y el FBI.

Se calló de su Montañera y resultó con leves excoriaciones, allá en el Rancho Grande, donde yo vivía. Desde sus galletitas en la garganta atorada a esta caída, hay un solo paso, el derrumbe, el desplome, el descrédito, el despelote. La Nación ya lo sabe, este no es el tema de esta historia, pero es el tema del país y del mundo, y se busca la fórmula mágica: K-MC. Suena algo así como una alianza de aerolíneas en quiebra o una cadena de comida rápida. J. Kerry y Mc Cain, un demócrata para Presidente y un republicano para Vice presidente. Es que el Rancho en Crawford está ardiendo hace mucho tiempo. Una dupla para tiempos de emergencia: guerra, terrorismo, crisis económica, falta de credibilidad, enemigos por todas partes, el maravilloso efecto G.W.B. nos arrastra como una bruja de Acogen: El Sueño Americano bajo el terror.

Palabra mágica, concepto esencial, raíz, origen, filosofía, propaganda, publicidad, motor, rueda, infinito carrusel del deseo, tabla de salvación, El Sueño Americano , la más grande fábrica de sueños, ilusiones, esperanzas que ni Walt Disney pudo soñar, visitó a una niñera chilena, ama de llaves, en Boston, un 14 de abril de 1999. La historia fue ampliamente divulgada y se apega más a una lotería, que al tradicional Sueño Americano , el de las oportunidades, pero toca los ribetes de la diosa fortuna de la nada.

María Grasso, conocida como la nana chilena en Boston, ganó el Big Game , 197 millones de dólares, que se le redujo a 70.3 millones, porque solicitó que se lo hicieran en un solo pago y no en cuotas a 20 años. Realista, y una manera de transformar el sueño en algo tangible. Más vale un pájaro en la mano, que cien volando, pensó María, cuyo apellido de soltera es Becerra Verdejo, más conocida como Pepa. Hija de un minero de Rancagua, al Sur de Santiago, la capital chilena, según comenta en una extenso reportaje el diario La Tercera , de ese país. La Nana, una mujer algo gruesa, de gafas, hoy de 58 años, es una exitosa inversionista de bienes raíces en Estados Unidos, en las proximidades del sector donde residía cuando era pobre. En esta historia, como tantas otras, donde el azar muestra sus cartas de triunfo, lo que impacta además de la suerte de María Pepa, es su generosidad. Es lo que me ha llevado a poner atención a sus pasos, en medio de este mundo que sostengo con una buena taza de café negro y como decía una amiga argentina, mis puchos. Humo sobre el ventanal, mi verdadero horizonte, las bocanadas sobre la Lap Top, la historia que hace más humano este oficio, que la realidad recicla y amontona en un basurero a medianoche, como esas colillas de cigarro que ya nadie quiere ni estima prudente conservar. En medio de esta historia, mi cabeza hace un paréntesis, y pienso en el instante feroz cuando el gordo Moore recibe La Palma de Oro en Cannes, por su desnudo del Number One . Y en medio de esa escena, GWB , se cae de su montañera y sigue rodando la historia del país en Bagdad, con cuentos de terror, documentados por los artistas de la fotografía y del video. El Séptimo Arte, Hitckook, Buñuel, Bergman, maestros del suspenso y terror, en ese paraíso del espanto, entre el Tigris y el Eufrates. Río, río, que grande que viene el río...

Los maquilladores van a las tumbas a revivir a los muertos, a quitarles su cicatriz debajo de sus pieles, a arrancarlos inútilmente de su infierno. Caminan insomnes, lloran por las noches, sueñas con sus calles en Otoño, sus pueblos hundidos en el trigal, enfermos ahora de muerte. Llevan ceras para depilar las encías , colorete para rescatar los pómulos, aparatos que estiran las carnes arrugadas, comprimidas, violetas, moradas, que ya partieron. Es lo que veo tras el ventanal, mis ojos entran en Bagdad, no pueden quedarse quietos aquí esta noche. Frente a mi espejo, la cosmetería para una nueva realidad ya maquillada sobre una máscara oxidada por el viento y la arena. Alguiens e tragará esta escena, señor Editor.

Pepa se la ganó en buena lead, pero la lotería es de GWB, en La Florida. Esa es la gran quinela, el bingo, el verdadero Sueño Americano y del pibe, como dicen los argentinos. Fue un recuento maravilloso, voto a voto, sumó más y los que le faltaron, los agregó a su manera, como Frank Sinatra. El mundo al instante... María Grasso, fue una niñera de cuatro niños, del multimillonario Chris Gabrieli, que de la noche a la mañana fue tocada por una varita mágica de color verde y poderosa resolución. Una mujer religiosa, Adventista, desde el primer día compartió su fortuna con sus hermanos. Ha donado becas, y una de ellas fue para la hija de su amiga y vecina en La Reina, Silvia. Siempre fue y lo sigue siendo, muy generosa, comentó Silvia, cuya hija cursa cuarto año de universidad. Los hermanos recibieron su apoyo económico para montar pequeñas empresas. Algunas florecientes otras quebradas por malos manejos. Sobrevive, entre otras, una Hostería en el paradisíaco Cajón del Maipo. Son 18 sobrinos los beneficiados, una especie de Ejército de Salvación completo.

Pepa, llegó el 96 a Nueva York y de ahí se trasladó a Boston. Y después de mucho trabajo, vendría el azar con sus números y sueños.

María ha aumentado su fortuna producto de las atinadas inversiones que hizo. Un hotel de 15 pisos, adquirió tres edificios en condominios en Cambridge, zona universitaria cercana a Boston. Allí habitan estudiantes pertenecientes a las distintas universidades instaladas en la ciudad, con Harvard a la cabeza.

En la actualidad, la Nana, Cenicienta chilena, vive en una casa de US$ 1,5 millones, que compró en un elegante sector de Boston, Massachussets, la misma zona donde hasta previa obtención del premio, trabajaba como empleada doméstica del millonario C. Gabrieli. No sabemos si han vuelto a visitarse, patrón y empleada, ahora en condiciones similares. Espero que Gabrieli no juegue Golf y Pepa no se deje seducir por ese prado más verde no hay, pero de perversos, inútiles, ociosos huequitos.

Es una historia, la de María para el séptimo cielo y en hora buena, con tantas malas noticias. Que a alguien se le cumplan los sueños a tiempo. El Americano o cualquier otro. Después de los últimos anuncios sobre Irak, el Number One , se doctoró, atacando Najaf, la ciudad santa de los chiitas, y de paso la tumba del primo y yerno de Mahoma, Alí. En manos el mundo de Alí Baba y los 40 ladrones. Mañana compraré la Biografía de JFK, el asesinado en Dallas, no del futuro presidente . F. KENNEDY. UNA VIDA INACABADA . de Robert Dallek. Inacabada y que mal acabó. Mil días gobernó JFK, hace cuatro décadas, y aún hoy nos acordamos de su ángel herido, contaminado por tantas cosas indescifrables. Una fotógrafa plebeya, periodista, de origen francés, lo conquistó. Ella, dicen, perdió la virginidad en un ascensor. Él, amó sobre su escritorio en el Salón Oval a la Marilyn Monroe. Qué poco imaginativo fue Bill Clinton, mirando bien el pasado de los Kennedy.

Esta biografía un intento por rescatar al hombre de carne y hueso. 286 horas grabadas en el Salón Oval, partes médicos. Nos revela a un JFK sin pelos en la lengua. En los tiempos de la crisis con N. Krushev y los líderes rusos, comenta su biógrafo, Kennedy habría dicho que tenían "el cerebro en el culo". ¿Un tercer ojo para la guerra fría?

El equipo de relaciones públicas de Kennedy nos vendió un presidente atleta, juvenil, lleno de vida, pero R. Dallek, nos descubre a un hombre con una prótesis y que cargaba una farmacia en el cuerpo. Los Kennedy: católicos, irlandeses, millonarios, bostonianos. La vida de JFK, giró no sólo entorno a la fortuna de su padre banquero, Joseph Patrick Kennedy, que en 1950 ya alcanzaba los 400 millones de dólares, sino a un lema familiar que trazó el destino de esa influyente familia en Estados Unidos: " Ser el segundo entre los mejores no sirve ". Y así fueron muriendo en la primera línea de fuego, John, Robert.etc..etc.

Sus enfermedades, una lista más larga que un contrato de un prestamista, le llevaron al borde de la muerte desde niño y al apodo de Cara de Rata, porque adelgazaba con una extraña diarrea como un dedo de la mano. Tenía osteoporosis en la columna, comenta Dallek, que revisó su historial médico detalladamente, y pudo comprobar que lo drogaban desde joven con anfetaminas para que luciera fuerte y juvenil. Fue el tema de Cuba el que más le desgastó en su administración, y que terminó con el fiasco de Bahía Cochinos o Playa Girón (1963). Dos tesis manejó en esa crisis: desestabilizar Cuba a base del espionaje e intentar asesinar a Fidel Castro. De todo esto nos da cuenta el biógrafo. Menos,que Fidel Castro sobreviviría desde los atentados a los huracanes del azúcar, a la tormenta de los misiles. Su médico nos anuncia que tendrá una vida larga, le calculó 140 años. Entonces, un tatara tatara nieto de los Kennedy, hará las paces con Cuba.

Su fenomenal carrera política culminó en Dallas. Lo último es que la prótesis que tenía en su columna y le mantenía recto, fue la que permitió un blanco perfecto para el tercer disparo que dio en su cabeza y acabó con su vida.

el Dallas Morning News , le advirtió a Jackie: "Hoy nos vamos a meter en un país de locos ..., si alguien quiere dispararme desde una ventana con un rifle, nadie podrá detenerlo."

 


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