Santiago de Chile.
Revista Virtual.

Año 6
Escáner Cultural. El mundo del Arte.
Número 59
Marzo 2004

 

Columna a cargo de Marcela Rosen

OSCAR EL ICONOCLASTA. DESDE CHILE

JUAN BEAT DESDE MÉXICO

"TOUS EN DORMANT"

JUAN BEAT México DF juanbeat@mac.com

Soñaba con ser crítica de arte, de buen cuerpo, siempre vestida con ropa ajustada, se sentaba en el escritorio de su jefa y cruzaba las piernas. No era crítica de arte, solo una simple secretaria que contestaba el teléfono, ofrecía café y coca cola y la "usaban" para "entretener a los clientes de la oficina". Era una empresa que desarrollaba páginas de Internet, tenían bastante personal que vestía siempre de traje y faldas cortas. Uno que otro llevaba playeras estampadas con imágenes de viejas bandas de metal, pero la mayoría vestía de acuerdo al trabajo. Edna, la crítica de arte frustrada, vivía hacinada en un pequeño departamento del centro de la ciudad. En tres pequeños cuartos se dividían 8 personas; Edna y sus hermanos, además de su madre y su novio. La madre de unos 55 años había conocido al joven de 20 en un baño sauna. En eso trabajaba la madre, dando masajes en un sauna ubicado en la Colonia Roma. Por las noches, ese lugar se convertía en un after hours con un cover barato y cuartos de "relajación". Ya hace 2 años que Manuel había asistido al sauna y entre masaje, relajación y felaciones, quedaron "enamorados". Ella lo llevo a vivir a su pequeño departamento. Edna y sus hermanos no de muy buena gana lo aceptaron, pero con el tiempo se acostumbraron, incluso lo extrañaban cuando solía desaparecer debido a su trabajo en la destilería de alcohol pirata en la colonia Morelos. Habían llegado a quererlo tanto que cuando era arrestado en los operativos de la policía, Edna principalmente pagaba su fianza, y juntos todos, después iban al cine porque Edna no olvidaba "su verdadera vocación", el cine.

Edna no tenía novio, pasaba los fines de semana comiendo pizza y viendo las películas que rentaba en un pequeño video club llamado "Movie factory". Sin embargo, estaba enamorada de su jefa. Siempre por las mañanas le tenía una rosa, una coca cola de lata con un popote, y breves cartas deseándole buen día, buen fin de semana o cualquier cosa. Siempre que se acercaba a su jefa, se inclinaba un poco hacía adelante para que se notaran más sus grandes senos que sobresalían en esas escotadas blusas. Rigel, la Jefa de Edna, no se "daba tiempo" para noviazgos ni para fijarse en los enormes senos de su secretaria. Rigel solo se sentaba frente a la máquina y se perdía por horas. Casi siempre comía en la oficina, un sandwich de pollo y una coca cola fría de lata.

Una tarde, el trabajo había salido rápido y por fin Edna se atrevió a decirle a Rigel ----Comemos juntas, mis hermanos están fuera de casa, y mi madre ahora le ayuda a su novio en el trabajo por las noches-----. Rigel movió la cabeza aceptando, aunque lo que ella pensaba era en cómo pasar al siguiente nivel de un juego en línea llamado Ever Quest. Cuando "se dio cuenta" ya estaba dentro del auto conduciendo hacia el centro de la ciudad. Edna la llevo primero al video club "Movie Factory". El encargado, JB, era aficionado al porno, tenía una novia con cierto problema psiquiátrico y fan de "Yeah Yeah Yeahs". Por "extraña razón", no sonaba ese punk estruendoso en el video club, JB, por esos días, prefería canciones como "Fruit bubble love y Motor cycle go go go" de esas maravillosas japonesas, The 5.6.7.8´s, que había descubierto en un acoplado surfero extraviado por algún asiduo cliente "porno" del video club. Los estante estaban sucios y se dividían entre películas ochenteras mexicanas como: Tres lancheros bien picudos, El vampiro teporocho, Metiche y encajoso, El lambiscón verde, etc.; y el porno que siempre era lo que más se rentaba.

Rigel esperó en el auto, Edna entró al video club y tomó un par de películas, le gustaban las de woody allen, creía que eso era verdadero cine de autor. A JB le parecía basura, pero con gusto se las conseguía, ya que el pago era comúnmente follar mientras Aide, la novia de JB, lloraba en el baño, saliendo de sus audífonos a todo volumen un cd de Fever to hell de los Yeah... Edna tomó las películas y salió, el auto ya no estaba, buscó en los alrededores y no supo más de Rigel. Con un rostro totalmente triste, Edna caminó hacia la pizzería, compró una "vegetariana" y lentamente, con lágrimas en los ojos se fue a su casa.

JB llevaba semanas esperando a que Aide apareciera. Un domingo por la tarde, al salir del baño Aide y darse cuenta de que JB estaba tendido en el sillón, con los pantalones hasta los tobillos; silenciosamente se dirigió hacia la cocina, tomó un poco del dinero de los "ahorros" (que guardaban en un frasco de "sal") y se fue. JB no estaba preocupado, los médicos le habían dicho que Aide podía tener ese tipo de crisis maniaco-depresivas, pero que con el medicamento estaría bien. Esos Psiquiatras no saben ni putas, le gritaba Aide a JB después de cada visita; JB solo reía y al subir al viejo auto subía el volumen y se olvidaba de ella. Siempre iba muy asustada, JB era realmente loco para manejar, además de que en su intento por ir rápido, no cesaba con el espantoso sonido del claxon, Aide terminaba llorando y JB, enloquecido dentro de la vieja caribe. Cerca de las nueve de la noche, tocaron la puerta, JB pensó que era Aide, y muy preocupado fue a abrir. Edna con una gran sonrisa le dijo ------Buenas noches, vengo a "pagarte"-----. JB miró afuera, tenía un leve esperanza de que detrás de esa sonrisa apareciera Aide. -------Bien, pasa, espera en la sala, iré por música-----. Edna, aún triste por esa súbita ida de Rigel pasó y se sentó en el pegajoso sillón. JB fue al pequeño cuarto que desde hace un año había compartido con Aide y se recostó un poco, había bebido demasiado y rápidamente se quedó dormido. Edna, se acurrucó en el sillón, lloraba bastante y lo único que ella quería era compañía. Pasó una hora, y el cansancio "emocional" la hizo quedarse dormida.

Rigel iba a 125 en su auto, fumaba; y todo lo que se escuchaba dentro del auto era la voz melancólica de George Michael. Bebía una cerveza caliente, y fijamente, con esa ansiedad que le acompañaba seguido, su mirada solo iba en el asfalto. No estaba triste, ni molesta, solo, había sentido la necesidad de escapar de esa mujer "artificiosa". Llegó a casa pasadas las 10 pm, subió a su cuarto, golpeó el aparato de sonido, logrando sacar un cd de Bjork, lo puso en su discman y se tiró en la cama...

Aide abrió la puerta, de nuevo había alguien en el sillón, en el cuarto JB estaba totalmente perdido, cerró bien las ventanas (fuertemente como si quisiera sellarlas); tomó el dinero que restaba de los ahorros, y solo se le ocurrió abrir las llaves del gas. Sonrió complacida, susurró en su "mal francés" ---- "tous en dormant"... y de nuevo se fue.

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OSCAR EL ICONOCLASTA. DESDE CHILE

EL HOSPITAL DE SALPETRIERE

OSCAR EL ICONOCLASTA. Desde Concepción oscarorellanas@entelchile.net

Cuando me paro frente al espejo, la cara se me deforma, cambia de color, como si fuera de otra persona. En los ojos se ve que tengo fiebre, que están electrocutados, permitiéndome ver cosas que los demás no pueden. Por toda la cabeza me recorre un extraño cosquilleo, y si me la toco, noto que es absolutamente plana, esto explicaría la dificultad que tengo de pensar correctamente.

Ayer mientras caminaba por la calle un sujeto me robó las vocales de mi cerebro y luego escapó corriendo. Me quedé parada en mitad de la calle, sin poder gritar; auxilio, atrápenlo o ayúdenme, porque por más que intenté encontrar la "a" esta ya no estaba.

Al regresar a casa me fui directamente al baño. Fue entonces cuando descubrí que en el pecho me habían aparecido unas espesas manchas de color negro y algo curvadas, las que me producían un intenso dolor. Como este se hacía cada vez más insoportable decidí acostarme por un rato. Con la idea fija de que ya no podría resistirlo comencé a gritar. Entonces, un hombre salió del televisor, y puso sobre mi cuerpo sus manos, haciendo que el dolor declinara lentamente.

Durante la noche ese mismo hombre volvió a saltar del aparato, pero ahora su rostro era distinto. De nuevo apoyó sus manos contra mi vientre y con un solo movimiento me arrancó el estómago, el corazón, los riñones y casi todos los órganos. Me dejó ahí tendida, sintiéndome vacía por dentro. Tuve miedo, sin embargo, a las pocas horas o días, no podría afirmarlo con exactitud, recuperé de forma espontánea, todas las vísceras que él me había extraído, excepto los riñones.

A la semana siguiente, una mujer golpeó a mi puerta, al abrir me empujó violentamente y caí de espaldas al suelo. Luego, empezó a perforarme la cabeza con unas agujas largas que me introdujo por el oído derecho, sin dejarme cicatrices ni señales de cualquier tipo. Después se marchó murmurando: lo siento, pero creo que me he equivocado de dirección. Ya que la persona a quien me han encargado encontrar, debía tener conciencia o en su defecto alma, y usted al parecer no posee ninguna de las dos cosas.

Llena de pánico acudí de inmediato al Hospital, donde solicité un montón de exámenes con el fin de lograr demostrar que tales afirmaciones no eran ciertas. Pregunté una y otra vez acerca de las consecuencias que esto podía tener de llegar a comprobarse. Ningún doctor pudo darme una explicación que me resultara convincente. Durante el regreso, experimenté un pequeño consuelo, al advertir que las vocales había por fin vuelto a mi cerebro, esto resolvía la contradicción implícita de que los especialistas hubieran podido entender lo que yo les decía. Tal hallazgo aplacó por unos minutos la terrible angustia que todo esto me provocaba. Pero la sensación no duró mucho, aumentando luego al doble, al percibir que tras cada paso que daba camino a casa, poco a poco disminuía en estatura. Mientras avanzaba me iba encogiendo sin poder controlarlo. Este otro fenómeno me horrorizó aún más que los anteriores, no tanto por su efecto, sino más bien por el hecho de que al resto de la gente no le pasaba lo mismo.

Implicó un gran esfuerzo entrar a una farmacia, porque junto con la estatura, el registro de mi voz también había disminuido. Haciendo uso de múltiples artificios, logré comprar un fármaco que me hiciera volver a mi estado normal. Aquel día dormí de forma tranquila, y evité construir cualquier teoría acerca de lo que me estaba sucediendo. De pronto el llamado de alguien me despertó bruscamente. A través de la línea telefónica y sin decir ni una palabra, comenzaron a aspirarme gran parte de mi columna vertebral, pasando todo el fin de semana con muchas molestias, aunque reconozco que aún sin ella podía seguir caminando, lo que me pareció todavía más inquietante. El lunes a primera hora, regresé al hospital, donde me implantaron la columna de otra persona. Pero algo salió mal en la intervención ya que a partir de ese momento, siento que un hombro está más caído que el otro.

Casi todas las noches, me es imposible conciliar el sueño debido al incesante murmullo de mis pies, que desde abajo no paran de hablar. El insomnio me ha producido una sensación de sequedad permanente en la boca, y diversos problemas musculares que un especialista al cual visité, ha diagnosticado con el curioso nombre de ataxia. Cuando recuerdo esa palabra me vienen unas ganas locas de reírme, pero no puedo, porque justo en esos momentos me doy cuenta que no tengo boca.

Estoy al borde del colapso, ya que sin mi consentimiento me han sacado de mi casa y me han llevado donde unos sujetos que insisten en ser mis padres, pero no es verdad, son unos simples impostores que lo hacen por dinero, y aunque lo sé desde los 6 años de edad, he preferido callarlo. Esto no desmerece en nada su oficio, debo admitir que son realmente buenos haciendo cada uno su rol de padre y madre. Tienen el aspecto idéntico de mis familiares verdaderos, hasta se comportan del mismo modo, pero hay algo, que no sabría decir con claridad, que los delata sin que ellos lo sospechen.

En este último tiempo y en vista de que estos sucesos no cesan, me he empeñado en establecer algún tipo de hipótesis, las que van desde sentirme víctima de algún conjuro o embrujo por parte de un antiguo novio que dejé por su limitado gusto en complacer mis peticiones.

Además existía otra justificación para abandonarlo: había nacido un siglo antes que yo, tal antecedente lo inhabilitaba de inmediato para casarse conmigo. La mayoría de los hombres con los cuales me relaciono presentan esa misma característica. Pienso que ese es el motivo por el cual casi siempre estoy sola, y se me hace tan difícil encontrar a alguien de quien enamorarme.

Al parecer estoy destinada a morir muy pronto, o a la posibilidad del suicidio. Ayer di vuelta toda la casa en busca de alguna pista. Finalmente, oculto y pegado con cinta adhesiva bajo la tapa del inodoro encontré un pequeño álbum, en el cual cierto médico había escrito lo siguiente:

" Mujer de 6 años de edad, que presenta cuadro de envenenamiento cerebral, con intoxicación severa de los distintos niveles de conciencia, alma y razón. No requiere tratamiento alguno, porque el daño es de carácter irreversible "

Dr. Jules Cotard 1904

Hospice Salpetriere.

 

 

 

 

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Marcela Rosen
,
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