Desde
Santiago de Chile: Manuela
Grau
De
regreso, tras una ausencia de 6 meses, que coincide con
la llegada a este mundo de mi querida hija Amara...
Organizándonos
para seguir reflejando y comentando la cartelera teatral
y teatrera de Santiago...
TUS
DESEOS EN FRAGMENTOS
Un montaje
de Ramón Griffero
Centro
Cultural Matucana 100
El nuevo
montaje de Griffero era esperado con anhelo por los teatreros
santiaguinos.
El dramaturgo,
de reconocida trayectoria en el panorama chileno e internacional,
y autor de recordadas piezas como "Cinema Utoppia", "Río
Abajo" o de la llamada "dramaturgia del espacio" sigue en
su línea de búsqueda dentro de un teatro marcadamente
contemporáneo.
En esta
ocasión, la estructura es fragmentaria, sin linealidad
cronológica.
Asistimos
a un paseo por la mente humana como por una galería
de emociones, recuerdos, sensaciones...
No hay
"historia" ni personajes concretos.
El actor
(Álvaro Morales) que encarna, de algún modo,
el hilo conductor de la obra, alter ego del autor o personaje
principal (?) anuncia: "Estoy sumergido en mi propio
museo. Hoy tienen suerte, la exposición está
abierta"
Y entonces
comienza el recorrido.
Los
actores (Paulina Urrutia, Aline Kuppenheim, Juan Pablo Ogalde,
Sebastián Layseca) nos guían a través
de diferentes sentimientos: miedos, fobias, deseos, fantasmas.........
Encarnan
situaciones diversas en torno, esencialmente, a las relaciones
humanas, de pareja tanto hetero como homosexuales
El espacio
escénico (como es habitual en Griffero) juega
un importante rol y está a cargo de Javiera
Torres. Puertas, habitaciones, paredes móviles que
tratan de reproducir el laberinto de la mente. Todo ello
subrayado y potenciado por la sugerente iluminación
de Miguel Stuardo.
El lenguaje
es cotidiano, muy actual lo que contribuye a la llegada
al público.
Hay
momentos marcadamente cómicos (la escena
de los árabes, los comentarios de frases hechas etc...),
otros poéticos....... con el mérito,
en su mayoría, de permitir cierta identificación
del espectador a pesar del marco teórico y bastante
abstracto que sostiene el entramado de este espectáculo.
La atractiva
música y divertidos números de baile contribuyen
a alivianar un material que en su origen no carece de densidad
y profundidad.
Prima
una estética postmoderna y gay por lo que
las situaciones relativas a relaciones heterosexuales llegan
a ser menos creíbles de algún modo.
Con
altos y bajos, algunas repeticiones, en su globalidad esta
obra forma parte de las denominadas "interesantes"
(pero lejos de ser aburrida), con un espíritu
marcadamente de "laboratorio" y destinada a amantes del
teatro.