Santiago de Chile.
Revista Virtual. 

Año 5
Escáner Cultural. El mundo del Arte.
Número 49
Abril de 2003


GUERRA
Tarde de verano en Skagen, 1899
EN LA CUNA DE LA CIVILIZACIÓN


Por: Rúbila Araya

"Irak"


Debido a las agresiones de una guerra, que a vista de los valores humanos es totalmente injustificada, la tierra que fuera cuna de la civilización está siendo arrasada.

La situación  en Irak no era la mejor, por el contrario, pero no se compara con los horrores de una acción bélica, que siempre es el peor escenario.

Cientos de vidas están siendo alteradas irreversiblemente, y ése es sin duda el gran daño que se está causando. Pero, también hay otro hecho inherente a este tipo de conflictos, la destrucción de la arquitectura y de los vestigios arqueológicos, testimonios de la milenaria historia de una cultura.

Y es que Irak se extiende en lo que fuera la antigua Mesopotamia, ubicada en la franja entre los ríos Tigris y Éufrates. Lugar donde 4.000 años antes de Cristo se desarrollaron  civilizaciones como la sumeria, acadia, babilonia, asiria, aramea, caldea, persa, griega y romana; y  que vio pasar los reinados de Sargón, Hamurabi, Senaquerib, Arsubanipal y Nabucondosor.

El territorio de la legendaria Babilonia, donde murió Alejandro Magno, y se edificó lo que podría ser la mítica Torre de Babel, la puerta de Ishtar y una de las siete maravillas del mundo antiguo, los jardines colgantes; de Ur, de donde surgió el patriarca Abraham; y de Nínive, en donde se encontraron más de 20.000 tablas con escritura cuneiforme.

Desde que comenzaron a sentirse los vientos de guerra, diversos investigadores, historiadores y curadores,  temerosos de que se repita lo ocurrido doce años atrás en el Golfo Pérsico, empezaron exigir, especialmente al gobierno norteamericano, que tomara en cuenta la ubicación de los tesoros iraquíes, apoyándose en documentos que especifican las áreas históricas vulnerables.

"Irak"

En la Convención de La Haya en 1954, se prohibió considerar como blancos de combate los sitios culturales y religiosos, pero Estados Unidos e Inglaterra nunca ratificaron el acuerdo, por lo que hoy no están obligados a cumplirlo.

Por eso se teme por la suerte que puedan estar corriendo las ruinas arqueológicas, de las cuales han sido identificadas unas 10.000, pero se cree que en total existen alrededor de 100.000, sin contar los palacios, los templos, las mezquitas y las tumbas que aún están en pie.

Durante el año pasado, surgieron informaciones acerca de que el gobierno iraquí  estaba trasladando algunos tesoros a lugares más seguros, pero, lógicamente, hubo  construcciones imposibles de proteger, por lo que quedaron expuestas a bombardeos; por otro lado, es muy probable que existan yacimientos arqueológicos ocultos, los que ante un ataque terrestre y la excavación de trincheras podrían ser estropeados.                 

"Irak bajo bombardeo"

Según expertos, es perjudicial un avance por el sur, como está ocurriendo ahora,  ya que en esa zona se encuentran las colinas con mayor valor histórico. Esto, basados en lo ocurrido durante la operación Tormenta del Desierto, donde la invasión desde Kuwait y Arabia Saudita dejó daños irreparables. 

Por otro lado, muchos de los tesoros están cerca de  bases aéreas, refinerías de petróleo o laboratorios, y aunque las tropas aliadas tengan en cuenta la información sobre los sitios de importancia cultural, los errores de  dirección de los misiles son bastante habituales, -en estos días ya  hemos tenido ejemplos de sus nefastas consecuencias-. La vibración de las bombas podría hacer otro tanto.

Y no sólo los bombardeos afectarían los tesoros históricos que posee Irak, la experiencia posterior a la Guerra del Golfo, habla de saqueos a manos de aliados y de gente local, de piezas valiosísimas que luego fueron encontradas a través de la Interpol en subastas en Londres, París, Bruselas y Nueva York.  La situación de pobreza que sucede a un conflicto bélico pone en tentación a un pueblo que necesita sobrevivir y que sabe del interés en occidente por sus piezas de arte.

            Ya hemos comenzado a recibir noticias sobre heridos y muertos, y quizás a cuánto se eleve la cifra al final de este conflicto que parece distar de su término. Esa es la gran pérdida de una guerra. Aún no es tiempo de saber a ciencia cierta cuál va a ser exactamente  la merma cultual, investigadores deberán evaluar los daños cuando corresponda.

            La mezquita de Samarra, el palacio Ukhaidar, las tumbas del Imán Alí, el santuario de Kerbala Shia, el árbol de Adán en Basora Al Qurna, y todos los tesoros de Bagdad, -la ciudad de las Mil y Una Noches-, aguardan vulnerables el desarrollo de este ataque. Es de esperar que no se repita lo ocurrido el 91 con la torre de Ur o la cúpula del palacio de Ctesiphon.

             La zona que está siendo arrasada por una  invasión cuyas razones encubiertas cuesta comprender, por siglos ha sido fuente histórica y testimonio indesmentible del origen y desarrollo de la civilización, que se remonta a 5.000 años, por lo que no puede ser que generaciones posteriores no tengan la oportunidad de conocer los miles de tesoros que ahí existen. Aún así, sólo queda confiar en que no sean destruidos, cosa difícil si pensamos que  quien origina un ataque contra la vida de un pueblo, es poco probable que tenga algún cuidado de no dañar su riqueza cultural.




Si quiere comunicarse con Rúbila Araya puede hacerlo a: rubila@vtr.net

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