Santiago de Chile. Revista Virtual. 
Año 4
Escáner Cultural. El mundo del Arte.
Número 46
Diciembre de 2002


Columa a cargo de Ricardo Enrique Castro

POETAS RE-VUELTOS
Elías Letelier-Ruz.cl - Daniel J. Montoly - Iván Silén
Jordi Yorkcan - Ricardu Astro

  Imagen Ilustrada
MERCE RIBERA

Poesía ilustrada


Elías Letelier-Ruz:  Poeta de Santiago de Chile 


Abandono

 
Asisto al despojo del día

con su luto de marfil herido,

a la ausencia del que no volvió de la guerra,

que sin decir su nombre

quedó clavado en la monarquía del silencio.

 
Sin ser carpintero ni ir más lejos,

hago todo lo que pertenece al martillo:

me voy de golpe en golpe cantando

por el tajo abierto de la madera.

 
No tengo que cerrar los ojos

ni amanecer en la hoguera de la noche

para escuchar la navegada voz de la sal

que se ahoga en el imperio del agua.

 
Concurro al mundo sombrío del espejo,

al murmullo de una vasija rota,

a una figura estática que duerme

en la lengua metálica de un espejo roto;

pero, por sobre todo esos guijarros y derrumbes,

yo acudo a la ansiedad de una campana

que no puede sonar.


Caminando Solo

 
Amo la compostura ordenada del viento,

su crespa uña de enredadera llega hasta mí

y trae algunos olores de fuego al atardecer.

 
Rodando bajo el árbol del silicio,

entre la duda del cuarzo lechoso

y la arrogancia laureada del ópalo,

murmuro por las calles versos de Emily Dickinson,

y sin saber cómo llego a todas partes,

vuelvo perdido desde el fondo de las lilas de agua,

hecho pájaro con una rara canción.

 
Juego con la voluntad eólica de mi oscura infancia,

danzo en mis sangrientos territorios desbocados,

y por las calles, enrarecido en la espuma volátil,

esculpo teorías fantásticas

que insulto con una sonrisa:

 
No hay silencio más allá del silencio.


Daniel J. Montoly
, Montecristi 1969,desde Estados Unidos.

Poemario: Memoria de un perro urbano

En el mar de dos aguas

 
La misantropía augura rituales,

acecha con cuerpo de cemento

tras zumos de hálitos.

Lloran vidriosas

las aceras

vestidas de blanco

con sus velos del Shabat,

 rezan las oraciones del invierno

en el candelabro terroso

de dos brazos golpeados.

La sábana azul acuna un alacrán

en el duodeno celeste;

la osa luminosa juega con trazos de geometría

a las escondidas del ojo.

-No parking-

dicen desnudos de entusiasmos

los letreros polares

adosados a culebras paganas.

 Los delirios mecánicos

hilan madejas transparentes:

ofrendas al cíclope

que corroe a los hijos de Abraham.

Es viernes después de la siete

Brooklyn duerme con levita, salsa y mambo

detrás de los escaparates ruidosos.

Una guitarra llora añoranzas,

frotándose sus dedos

con granos de humo infinito,

mientras buzos asombrados

la observan tatuarle una rosa al eco

sin sangre, sin tinta en las copas de los sombreros ortodoxos.


Los jueves se redactan sinazúcar

Nadie encuentra su medida

entre alfabetos de ademanes azucarados

con blusas húmedas.

El alcance salta,

toma el momento del cuello

-sexo grato-,-grato sexo-

rebaja de carne y huesos:

musical sin rodeos de apetitos.

Se pronostican torrenciales

asaltos inmorales,

los números redactan memorias de agonía en Broadway

con bailarines.

Un tsunami de pulpos amarillos oscurecen las avenidas

con humos enfermos,

se enrarece el panorama.

Hay temporal, suenan las nubes,

bajan las faldas a las aceras,

los grillos de látex

estornudan en los penes

y las palomas danzan en las cornisas de la San Patricio.

El hijo sagrado estigmatiza

cristales de colores

ventila dudas de tréboles

con escapularios rojos y amarillos.

Es jueves, noche de subway,

vagón, muerte con graffitis.

Los ortodoxos garabatos tintan pudores de negros gigantes en las horas dormidas.

 
Yván Silén:de Nueva York

El Pastiche

La lluvia avanza en el Pastiche y
los sapos hosanan las sombras entre
las latas. Alguien aplaude el eco de
las sombras. Alguien silba en el palimpsesto de los

muertos: los espejos, los corredores,
los dédalos octaedros se va llenando
de susurros: "cruuucible, cruuucible" en
la mirada de los lobos. El Pastiche

 
avanza en la sombra de los besos y
todo lo que dice, todo lo que sueña
es palimpsesto entre sus dedos. Sólo

 
s'escucha el eco de la luna, el relincho
de verdes caballos y el eco de los gatos
azules. El Pastiche más loco que Dios..

*****

...más embustero (Corsario Negro,
Cofresí, mosquetero de la muerte) roba ratas
y roba sombras y cenizas en los fetos que
ríen y sueñan en los charcos amarillos:

 
azul otoño contra los cielos de las Hadas.
Toda la visión del Pastiche que
babea (y del Copista que odia en la envidia
del deseo) son los niños ciegos de

 
pequeños nichos en las miradas: lo
juro delante del suicidio, y delante
de las momias cosidas que orgasman

 
entre las manos de Pastiche. Las niñas
brincan la cuica en los espantos. Es
día de fiesta de Dios; día de ratas...

 
*****

Ebrio, Pastiche, alucinado, se cree
lo que no es, y delira la fiebre de
Dios en los enanos. Carros encendidos,
sombrillas encendidas, vírgenes encendidas

 
por la vulvas. No sólo en el Puente de
Manhattan, sino en las calles podridas,
luminosas, añejas de Viña del Mar: hay
un poeta ahorcado y repetido, un vate,

 
un cretino de Dios, un místico, que pasticha
entre las sogas: un hábito, un carimbo,
una paloma, un niño roto, sodomizado

 
(agujas y cristales; navajas por el ano
del beato--un pío; un Papa que reza
atónito entre los clavos--): Es Luzbel...


*****

eres, tú, cretino, entre las piezas
negra de Goya: fama que hurtaste
en las canicas entre los ojos de los peces:
pan de hostia, pan de cristal, pan de muerte.

 
¿Quién mira a Kaín en la cueva do
Heidegger reza y se besa holocáusticamente
con Platón? Los judíos odian en los rincones
del planeta: un sapo eclipse está


delante de un sapo alba (los sueños
han subido de precio: hay un capitán que
navega la muerte--los niños están en huelga

 
delante de las madres--). Es Luzbel, como un Papa
sentado en las letrinas. Es Pastiche
colocando su cabeza en las navajas...

2 de noviembre del 2002 Nueva York

Estro o
el Día de Acción de Gracias

 
Estro la carne de Dios con mi palabra
y urgo, llamo falo, en el silencio de
las cosas: el sigilo de Dios interrumpe mi
palabra y merodeo debajo

 
de la muerte con mi sombrilla de alambre.
No llueve semen en medio de la plaza
y la náusea aumenta como un sueño:
urgo, llamo, estro en medio de los muertos.

 
Iname las hojas del otoño: el viento calo
niños que huyen amarillos de Narciso.
Hollar los días, la esperanza, los muertos.

 
La muerte arrastra el alma en los deseos.
(Día de Acción de Gracia en los suicidios.) Las
estatuas lloran contra los espejos ajenos.

26 de noviembre del 2002 Nueva York



Jordi Yorkcan, nativo de Con-cón

hay en el emilio
la desgarrada fugacidad
hay verseada lanzada por la voluntad
hay en el emilio un género naciente
es un nombre propio
unas palabras en la pantallas
de los electrodomesticos
es emilio quien llama a la puerta
que habla por celular
con su buzon de voz
con paraguas
enpelotas
bajo la ducha
frente al rojo del ojo.
Perroret.


Ricardu Astro: desde el lugar de reunión.


ANIMALISMO

 
Queridos animales terrestres

Ovíparos seres marinos

Aves de plumas de colores en el aire

Rumiantes sosegados tras la valla

Metamorfoseados y desérticos

Arrastradas serpientes de los cerros

Rectilíneas y sinuosas

Asoleándose en las rocas

Devorando su ratita, saboreando sus huevitos

Aquietándose en la guarida.

 
Piara de bestiales

Puerco, puerca suave, cariñosas.

 
Rebaño de baladistas moteados,

De caprinos saltos en el delgado camino de la loma

 
(alguien afila los cuchillos

algún repara las sierras, este prepara los circuitos electrificados.)

Entre cuevas y agujeros corres a saltos

Libre liebre del Toltén zigzagueas bajo el ojo

Satélite

El aguilucho encielado que te desea,

Que te hipnotiza, para conquistarte,

Para llevarte entre sus garras.

(alguien prepara terribles los fuegos de escopeta,

arpón del dinero,

buque factoría de la riqueza)

el mar es mixto

pacífico en toda su capacidad,

vagabundo pensativo,

altivo-nativo-sativo.

Bestias que os amáis!!!

Que en cariños os lleváis

Cachorreando,

Cachondeandoos en toda la intensidad

Coiteando para hacer aparecer un nuevo ser ardiente

En algún lugar de la chata bi-polar

La que atrapa tanta tierra,

                     Tanta agua, rocas, árboles y seres.


Yo, el hombre soy,  inferior a toda animalidad,

A toda vida silvestre, a todo yuyo, desnaturalizado y cruel

Me visto cada día con los atuendos de la civilización,

O la civiliza me pone sus vestimantas sobre los hombros

Y,  así,  me paseo impertérrito a toda vida que aplasto con mi pie, en la jáctate de la humana figura que invade la superficie, la hondura terrenal,

El cielo, el aire y la muerte.

 

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